Lo que sí y lo que no (en clave de catering)
Plataforma
*Artículo en colaboración con Alda & Terry
El catering de una boda no va solo de la comida: va de ritmo, de detalles, de entender un ambiente. Hay bodas que se convierten en una carrera para atrapar la última croqueta y en otras donde cada bocado tiene su propio ritmo. En las segundas suele haber un buen catering detrás. Hemos recurrido a unos de nuestros favoritos, Alda & Terry con más de 20 años de éxitos, para elaborar una de vuestras listas favoritas: lo que sí y lo que no me gusta en un catering de boda. Los aciertos y pequeños desastres que es mejor evitar
Lo que sí
-Que los aperitivos sean fáciles de comer: nada de grasazas, crujientes que se deshacen en la mano o salsas que se escapan por todos lados. El tamaño importa y en este caso cuanto más pequeño es todo mejor.
-Barra de cócteles en el aperitivo (y más en verano). Agradezco muchísimo que en las bodas dediquen parte de la barra a ellos. En la última que estuve sirvieron palomas. También me parece una buena idea piscos.
-Las comidas cortas de un solo plato. Te puede tocar una mesa muy aburrida y dos platos me parece muy largo. Como dice mi amiga L: “Hemos venido a bailar y no a dar conversación”.
Meteorito Azul
-Los menús atrevidos que incluyen platos como pasta con bogavante o corvina. Hay vida más allá del cóctel de gambas y del solomillo.
-Las sillas, entre otros materiales como los manteles o la vajilla, tienen mucho protagonismo. Buscar algunas distintas a las clásicas de alquiler puede ser muy buena idea.
-Los camareros que van bien uniformados. Si cuidas hasta el último detalle también cuidas la importancia de que un atuendo sea especial.
-Camareros atentos. No tener que ir detrás de ellos para conseguir una cerveza como si estuvieras jugando al pilla-pilla.
Couche
-Que te dejen pedir la primera copa en la mesa. Supongo que eso no depende del catering, depende de los novios, pero a mi me parece algo que resulta cutre: negarle un copazo a los invitados.
Mónica Ortega Domínguez
– Que se mantenga todo recogido en la medida de lo posible.
– Que durante el cóctel sea fácil encontrar servilletas.
Javier Sancho
Lo que no
-Aglomeraciones para pedir una copa.
-Cuando no se pone cariño en la recena, es casi igual de importante que la cena.
-Que en la mesa estemos apretados y el camarero no quepa entre invitados a la hora de poner la fuente para que te sirvas.
-Es muy snob pero que ya no te traten de “señor”, si no con “es bogavante guapa, esta muy bueno”.
-Que te sirvan el café en un termo cutre después de un servicio impecable.
Mónica Ortega Domínguez
-Crear expectativas de innovación culinaria por querer “ser original” y quedarse en “esto está raro” en vez de “esto está bueno”.
-El momento huerto, verduras puestas en una mesa como si de repente te fueras a cocinar un puré. Simplemente no.
-Que no te dejen pedir vino tinto con el primer plato.
Plataforma
-Platitos en el aperitivo: es muy difícil aguantar el plato, coger el tenedor y sujetar el bolso a la vez.
-Mala coordinación entre cocina y camareros, que lleguen los platos fríos.
Mercedes Pérez