Casilda se casa

La boda de Piluca y Carlos en Madrid

Este fin de semana se han casado Piluca, PR de Pull & Bear, y Carlos en Madrid. «Nos conocimos a través de un amigo en común en septiembre de 2020; una noche de verano marcada por el vino y las risas en La Tabarra, el bar del primo de Carlos». Después de dos meses conociéndose, empezaron a salir y, cuatro meses después, Carlos le regaló un anillo junto a una entrada para un concierto de Alejandro Sanz (al que nunca fueron porque acabó coincidiendo con el día de la boda). «Me pidió que me casara con él en el salón de casa. Un amor sencillo y de “estar por casa”», me cuenta Piluca.

Se casaron en el Palacio de Aldovea donde Piluca se preparó junto con su familia. José Belmonte se trasladó hasta allí para encargarse del maquillaje de la novia de la mano de NARS, «me dejó una piel muy jugosa. Conseguimos un resultado súper natural que creo que es algo muy difícil». Unos meses antes Piluca ha estado tratando su piel en Womum.

José me cuenta que «maquillar a Piluca ha sido como maquillar a una princesa. Ella es guapísima y tiene una piel increíble, unos ojos preciosos y una sonrisa que contagia alegría y risa». Para conseguir la luz que quería la novia, José aplicó la base hidratante con color de NARS «para no tapar ni una peca».

Piluca también quería un acabado bronceado y para ello utilizó la nueva colección de NARS Summer Unrated. En concreto, el dúo Laguna y Orgasm; en los ojos aplicó un tono dorado y la máscara de pestaña Climax; perfiló los labios con Precision lip liner-lérnis y, para darles un efecto jugoso, lo terminó con el bálsamo Orgasm.

Del peinado de la novia se encargó Juan, de Alberto Cerdán, «es el que me cuida el pelo desde hace años y el único del que me fio».

Como joyas, Piluca llevó el anillo con el que Carlos le pidió que se casara con él y otro que diseñó la madre del novio y que le regalaron el día de la pedida. Además, como siempre lleva un anillo en el meñique, su tía Natalia le prestó uno familiar de rubíes. El día antes de la boda, Piluca fue a Ansorena a elegir los pendientes, «Belén Puente me hizo una selección y me quedé con estos», recuerda la novia. Para el baile llevó un brazalete de la misma joyería.

«Nunca había imaginado vestirme de novia y llamé a Alejandra Valero para que me ayudase con el vestido», me cuenta Piluca que trabajó con la diseñadora en Hoss Intropia durante dos años.

«Ha sido un proceso precioso, largo y muy emocionante. El tul bordado de margaritas que me propuso Ale, me encantó». El resultado fueron tres piezas: falda, camisa con mangas que hacían de cola y chaleco. En el baile se quitó la parte de la camisa.

Piluca quería que su ramo de flores fuese salvaje y «Elena Suárez y Argi supieron leerme y saber lo que me gustaba». Estaba compuesto por mucho verde, como si hubiesen cogido esa misma mañana las flores del campo.

Eligió como zapatos unas sandalias planas que le llegaron el día antes de la última prueba de vestido, eran de Aquazzura.

Su madre iba vestida con un diseño a medida de Poydel y su hermana de Alejandra Valero.

Carlos, el novio, llevó un chaqué de Budiman; unos gemelos verdes de Cartier que fueron un regalo de su hermana Chelito; el reloj que le regalaron los padres de Piluca el día de la pedida; y los zapatos de Lottusse.

La ceremonia religiosa fue el momento favorito de Piluca. «Para Carlos y para mí, casarnos por la iglesia, tiene mucho valor y poner a Dios en el centro era crucial para nosotros». Les casó el Padre Javier, que fue el director espiritual de la novia, ahora vive en México y vino a España sólo para la ceremonia que fue en La Milagrosa.

Elena Suárez también decoró el interior de la iglesia con ramas verdes y silvestres. «Cuando entré del brazo de mi padre, estaba muy en paz y muy emocionada, ver a Carlos en el altar esperándome es una imagen que no se me olvidará jamás», recuerda la novia.

Después, organizaron una cena en el Palacio de Aldovea, «me parecía un sitio poco visto y Emilio del propio palacio nos ayudó poniéndonos solo facilidades».

Entre Elena Suárez y Laura de Octubre Studio, que les ayudó con toda la organización, montaron unas mesas preciosas llenas de velas, frutas, verduras y ramas verdes. Eligieron una vajilla vintage e Inés de Options se encargó de que cada plato fuese diferente.

Los meses de preparación, Piluca pujó por más de cuarenta candelabros antiguos, uno para cada mesa; los meseros los pintaron los padres de la novia con acuarelas con nombres de rincones míticos de Sevilla porque Piluca es de allí.

La iluminación era muy importante para los novios que querían crear ambientes cálidos y Luces de Cuento ambientó todo el palacio.

Repartieron a los invitados cajas de caramelos de violetas de La Pajarita. «Las tres violetas eran el símbolo que representaban los valores de mi cole (Los Maristas): humildad, sencillez y modestia». Al no poder llevarlas en el ramo porque tienen un tallo muy corto, decidieron que estos caramelos eran perfectos para que estuvieran presentes.

Piluca abrió el baile con su padre con la canción «Say a little Pray for you» de Aretha Franklin y luego bailó con Carlos.

El dj fue Ramón Erasun que, junto al equipo de de La Fiebre, organizaron un fiestón. Y, en medio de la noche, apareció HoraLoca para ambientar con chupitos y bengalas.

Todas las fotos son Dos Más en la Mesa,  fue lo primero que eligieron los novios. El vídeo fue obra de 2brothers, «recuerdo ver uno de sus trabajos en tu web y me encantaron», me cuenta Piluca.