Casilda se casa

Lo que sí y lo que no me gusta (en una boda) VIII

Últimamente siento que Instagram se ha convertido en una pasarela nupcial, donde antes veía vídeos de las bodas divertidas, ahora veo fotos de la novia que podrían ser perfectamente de una editorial. Cada post que aparece supera al anterior, y una no puede evitar preguntarse: ¿qué estoy haciendo yo con mi vida que no me da para un álbum por semana?

Así que, como observadora compulsiva de las bodas, me he puesto a reflexionar sobre lo que me gusta y lo que no me gusta de verdad. Entre tantas ideas, a veces ya ni me reconozco. Por eso he querido compartir con vosotras mi lista personal y sin filtros (hacía tiempo que no lo compartía):

LO QUE SÍ 

  • Puede sonar raro pero me encantan las bodas con temática tenis. Un seating plan con nombres de torneos míticos, invitaciones con estética vintage de raquetas de madera… Tiene un punto retro que me gusta. Las fotos de María e Iñaki las tenéis que ver.

  • Me encantan las bodas con una playlist brutal, no hace falta una banda carísima. Una buena música puede marcar la diferencia entre los invitados sentados o la pista llena de gente. Puedes coger alguna idea de Los 10 imprescindibles de Adrian Lozano.
  • Sí a grabar la homilía, cuando pasen los años y quieras recordar ese momento que te emocionó tanto, eso tan gracioso que dijo el cura, tu familia emocionada, agradecerás haberlo grabado.

  • Un detalle para los invitados, pero que además sea útil. Que no acabe olvidado en un cajón. Por ejemplo, una cajita de cerillas personalizada o una baraja de cartas con una foto de los novios de pequeños (Sí, lo sé, es de la boda de Sandra y Llorenç, y me pareció super especial.)

  • Una boda sencilla, íntima y elegante. Me imagino una finca, pocas mesas pero bien puestas. Invitados cercanos. Comida que alegre el paladar pero sin ser un plato de 3 estrellas Michelin. Y unos novios muy naturales.
  • No hay nada más elegante que una novia que sabe reírse. Que se le engancha la cola del vestido en una silla, que el velo parece tener vida propia, que alguien pisa la falda justo en mitad de la canción… y ella se ríe. Las novias con humor convierten el drama en anécdota. Porque, seamos sinceras: nunca sale todo perfecto.

  • Unos novios agradecidos con sus invitados, que agradezcan los regalos que les hacen. No vale un simple “gracias por venir”, que de verdad sientan tu agradecimiento.
  • Sí a medir los tiempos. Ni las bodas eternas que no acaban, ni cenas deprisa que pecan de informalidad. Que se note que alguien pensó un horario: ceremonia sin prisa, cóctel relajado, cena que no se eternice…

LO QUE NO 

  • Cuando tiran flores en la puerta de la iglesia. Las fotos quedan muy bonitas pero al final todo queda pisoteado, aplastado, a mi personalmente me da mucha pena.
  • Que alguien se enfade por el seating plan, que si tu prima quería estar más cerca de la mesa presidencial, que a tu amigo le has puesto en una mesa donde solo conoce a uno… y así infinitamente. No tiene sentido montar tensiones por quién tienes al lado sentado (sobre todo porque puede terminar siendo tu mejor amigo durante las copas…).

  • El momento matching con la corbata de tu pareja: Esta muy bien que os queraís, que baileis juntos, que llevéis las iniciales grabadas en la alianza, pero lo de aparecer como si fuerais un duo de sevillanas, es innecesario.

  • Novias que se disfrazan solo “porque se lleva”. Ese vestido que habías visto cien veces en instagram, esa diadema en el pelo que tan te gustaba. Si no te identificas, mejor no. Que el vestido diga algo de ti.
  • No a los chockers; pasará de moda y os veréis horribles.
  • No me gustan las calas. (Flor blanca)

  • No al típico carrito con bebés dentro entrando a la Iglesia.
  • El momento huerto, verduras puestas en una mesa como si de repente te fueras a cocinar un puré de verduras. Simplemente no.

  • Últimamente no me gustan los ramos grandes, que parece que cuantas más flores llevas , más glamurosa es la boda. Hace poco escribí un artículo sobre ramos pequeños (soy fan de ellos).
  • Pamelas enormes con el pelo suelto: en una revista de editorial se ve bonito, pero en la vida real… se mueve, molesta, da calor, se ensucia. A veces mejor algo más recogido.

  • La madre de la novia criticando a su hija. Ese día no se corrige, no se compara con las bodas de las primas, no se dice “yo lo hubiera hecho más sencillo”. Es un día para celebrar, disfrutar y llorar de la emoción.
  • Las bodas que son a hora y media de la ciudad, son dos medias naranjas muy felices y cuatrocientos rehenes secuestrados en una finca.