La boda (a puerta cerrada) de Regina y Gonzalo en Madrid
Cuando Gonzalo le pidió a Regina que se casara con él después de diez años de novios, empezaron a organizar la boda que quiere todo el mundo: «todos nuestros amigos, familia, San Fermín de los Navarros, una gran fiesta…». Pero, una semana antes de la boda, iban aumentando las noticias sobre Coronavirus en España y los invitados empezaron a fallar.
«Esa semana previa fue bastante caótica, a nuestros padres se les caían los invitados por horas y nuestros amigos, que no querían defraudarnos, decían que no nos iban a fallar», cuenta Regina. Fue una decisión complicada, pero ambos llegaron a la conclusión de que lo que más ilusión les hacía era casarse para empezar una vida juntos y así fue.
Se casaron el sábado 14 de marzo, justo antes de que se declarase el Estado de Alarma. Fue una ceremonia a puerta cerrada, con familiares y unos pocos amigos. Para la novia, «la mejor boda que podíamos esperar, una ceremonia súper bonita y muy emotiva.»
Regina se preparó en su casa y pudo contar con Amado Rodríguez para que la maquillara y peinara.
Como joyas, llevó el anillo de pedida y un colgante que le regaló Gonzalo, ambos de Javier Gómez Zuloaga (629 289 105 / 915 595 556). Los pendientes eran de Aristocrazy.
El vestido lo diseñó Lorenzo Caprile, «que se ha volcado, decía en las pruebas que la cola es la tela de su Nonna».
Bimflowers, prima de la novia, se encargó del ramo de Regina y mandó todas las flores que iban a decorar la iglesia a su casa.
Gonzalo, el novio, es maestrante y llevó el uniforme de su abuelo materno de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Le ayudó a vestirse su padre.
La ceremonia fue en la iglesia de San Fermín De los Navarros llena de las flores que Inés Urquijo había diseñador para la Finca Las Jarillas donde habían planeado que fuese la fiesta posterior, pero no pudo ser. Walter, de Favola in música, puso el coro.
Regina me cuenta que es «muy vasca y nunca llora; pues lloré toda la boda. Ahora lo pienso y me da vergüenza. Con la semana que pasamos… no me creía que nos estuviéramos casando.»
Después de la misa fueron todos a casa de la novia. Los cambios fueron posibles gracias a Eva Iglesias de Bodas Colorín Colorado, «la salvación de mi madre y la nuestra, no sé que habríamos hecho sin ella». Eva me cuenta que era el último día en el que se podía hacer una celebración así.
Bailaron Dance me to the end of love de Leonard Cohen, «nos costó muchísimo elegirla porque la decidimos dos días antes, después de un año tanteando opciones».
El catering lo sirvió La Cococha, «Eva habló con ellos y nos trajeron el menú y el aperitivo para los pocos que estábamos en casa», recuerda Regina. Se desvivieron en todo momento para ayudarnos con esta situación.
Ya han organizado para el 13 de Marzo de 2021 celebrar su aniversario y renovar los votos en Las Jarillas con un fiesta después en la que pinchará Juan Trullenque. «¡Ahora queremos invitar más gente! Hemos recibido un apoyo incondicional de personas que no nos esperábamos que nos han animado y felicitado por la decisión y queremos contar con todos y cada uno de ellos», asegura Regina.
Las fotos son de Liven Photography, «Gabriela fue la fotógrafa que nos acompañó, me transmitió muchísima confianza y tranquilidad y espero poder contar con ella el año que viene», dice la novia.