Casilda se casa

Inventario Parental

[Este post fue publicado originalmente en My Little Pleaschhures en 2016]

Igual que Frédéric Beigbeder hace en el capítulo 37 de su libro Una Novela Francesa, esta mañana me ha dado por pensar y enumerar algunas de las cosas que he heredado de mi padre.

– Cantar en el coche.
– La fantasía y la imaginación.
– La nariz grande.
– Andar encogido y con algo de chepa.
– La afición por todo tipo de películas, en el cine o en casa. Preferir siempre ver una en blanco y negro.
– Decir tonterías en una situación incómoda como un funeral o un encuentro casual por la calle.
– La canción ‘Margarita se llama mi amor’, que ahora es el nombre de una tienda de flores a la que tengo que llevarle en c/Fernando VI, 9. Madrid
– Roncar por la noche.
– Poner mucho mimo en preparar la comida, sobre todo en la que se lleva a cualquier plan aventurero.
– Preferir el norte al sur.
– Un gin tonic como un premio a un miércoles agotador.
– Se incapaz de bailar el vals en una boda, pero luego ser el primero en emocionarse con la marcha Radetzky cuando suena.
– El afán de montar un debate sobre cualquier cosa.
– Repetir una prenda de ropa durante mucho tiempo. Ser un poco de piñón fijo a la hora de vestirse.
– “El dinero está para gastarlo”.
– No poder irse de la playa sin hacer un castillo.
– Adorar el campo como lugar de escape.
– El despiste crónico. (Por eso ayer se me olvidó felicitarle).

Feliz Día del Padre

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