Casilda se casa

La boda de Maru y Juan en Madrid

Como se suele decir: “de una boda sale otra boda” y la historia de Maru y Juan lo demuestra. Se conocieron hace tres años cuando el hermano pequeño de él se casó con una amiga de Maru. «Según cuenta él, ya me tenía fichada y le pidió a su hermano que nos sentaran en la misma mesa. Yo iba sin ninguna expectativa y solo quería pasármelo bien con mis amigas. Me cogió de la mano en la pista de baile y hasta hoy», recuerda la novia.

Maru es Relaciones Públicas del grupo Shiseido y conoce muy bien cómo trabajan José Belmonte, que se encargó del maquillaje, y Manu Fernández, del pelo (ambos de Cool). «Me puse en las mejores manos; siempre he tenido claro que, si algún día me casaba, serían ellos, no solo por lo profesionales que son, sino por su calidad humana».

Aquilea hizo un ramo sencillo, de estilo silvestre y que ató con la medida de la Virgen del Pilar y una medalla de la Virgen de la Milagrosa, regalo de Inés, la mejor amiga de la novia.

Y no podía faltar el aroma de Narciso Rodríguez For Her, la fragancia favorita de la novia que trabaja en comunicación del grupo que lleva la firma en España. Una elección perfecta para una noche especial de verano.

Únicamente llevó, como joyas, su anillo de pedida, de oro blanco con una esmeralda y brillantes; en la cabeza, una pulsera de brillantes que le dejó una de las mejores amigas de su madre, «es como de la familia»; y unos pendientes vintage que le regalaron sus tíos.

El vestido lo diseñó Laura Ponte. Maru quería algo sencillo, pero con un toque especial y «lo entendieron perfectamente creando un vestido que se convertía en otro distinto».

Para la Iglesia, mangas de tul, un largo velo y dos bandas cruzadas. Y, para la fiesta, «me quité las mangas y las bandas, dejando al descubierto un vestido de inspiración griega que para mí fue un sueño. Con pedrería, unas mangas distintas y una espalda espectacular con el toque maestro de Laura», cuenta Maru.

«Nada más verlos me enamoré», Maru habla de los zapatos de Aquazzura que le regalaron sus tres mejores amigas. «Me parecieron increíbles y le daban un toque rockero al vestido».

Juan, el novio, llevó un chaqué de Bromio, camisa de Jade y la misma corbata que cuando conoció a Maru. Además, se puso el reloj de pedida que le regalaron los padres de la novia.

Se casaron en la Parroquia de Santa Bárbara porque «nos parece la más bonita de Madrid y nos hacía ilusión que fuera allí».

Después lo celebraron en Los Cuadros (la antigua finca La Camarga). Es la primera boda desde que el grupo La Blonda, junto con la interiorista María Santos, llevara una cabo un proyecto de restauración increíble. «Cuando fuimos a verla, solo había camiones y tractores porque estaban empezando la obra», cuenta la novia. «Fue la segunda finca que visitamos, Jaime Calderón nos contó el proyecto y, en cuanto salimos, supimos que sería el lugar perfecto. Sobre todo por el jardín porque, al ser verano, nos apetecía una boda al aire libre».

De la decoración de la finca y las mesas también se encargó Aquilea.

En la primera parte de la fiesta, Third Floor hizo varias versiones de canciones de rock de todos los tiempos. «Hicieron bailar a todos los invitados, de todas las edades, y Juan se subió a cantar un tema de Elvis, fue, sin duda, el mejor momento de la noche». Para terminar, el Dj fue Diego Gilca, sobrino del novio, que «tocó temazo tras temazo haciendo que nadie dejara de bailar», asegura Maru.

El fotógrafo fue Pelayo de Plata.Forma, a la novia le encanta su estilo porque consigue «fotos improvisadas, cero forzadas, súper naturales, pero cuidando muchísimo la estética y el detalle». Y el vídeo es de 2Brothers.

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