La boda de Lucía y Roger en Menorca
Se casaron en Menorca porque Roger y Lucía veranean en la isla de toda la vida. «Poco después de presentarnos en Barcelona llegó el verano y nos fuimos ambos a la isla sin saber que los dos teníamos casa. Al cabo de cuatro veranos me pidió matrimonio en Menorca también y ahora nos hemos casado allí. Está claro que siempre ha sido un lugar especial para nosotros pero ahora más que nunca», relata la novia.
Lucía se casó con un vestido de Katarina Grey de dos piezas superpuestas. «Ella es amiga de la infancia de mi marido (Roger) y nos conocemos desde que empezamos a salir. Me dejé recomendar totalmente y ella creo que también ha disfrutado porque le he dado muchísima libertad. Ha sido un proceso súper divertido que lo he compartido con mi madre y mi hermana mayor que también les encanta la moda y todo lo que hace Kat».
Al casarse en Menorca, una de las cosas que más le preocupaba era el tema de la peluquería y maquillaje porque no conocían a nadie allí. Finalmente dio con Maite la propietaria de la peluquería PrincepStil (Mahon) que entendió enseguida la idea de boda que tenían Lucía y Roger y el estilo de peinado que le apetecía a la novia. En cuanto al tocado se lo hizo su madre. «Era de flores de seda, tul de algodón y colgó un “ojo de santalucia” que es una concha muy típica de Menorca que se encuentras en algunas playas y que cuando éramos pequeñas nos pasábamos horas buscándolas por la orilla. Fue un tocado súper personal y con además con un significado especial».
Ella le contactó con la maquilladora Ana del Centro de estética Roisso (Ciudadela). «Ha sido un descubrimiento total. Nunca me habían maquillado tan bien (¡y no lo digo por decir!). En casa nos maquilló a mi hermana, a mi abuela, a mi madre y a mi y desde luego nos dejó alucinadas con la técnica, nivel y detalles en los que empleaba todos sus conocimientos»
En cuanto al ramo y toda la decoración de la boda, se la encargaron a Manel Riera, un paisajista de Barcelona que vive en Fornells desde hace años. Fue un acierto poder contar con él.
Se casadon en Fornells, donde veranea Lucía y lo celebraron en Santa Teresa que tiene unas vistas al faro de Cavallería alucinantes.
«Desde luego, seguro que te lo deben de decir todas las novias, pero después de estar dos años prometidos, hoy por hoy el 9 de septiembre fue el día más alucinante que he vivido nunca. Rodeados de todos nuestros amigos y familias que nos han apoyado en todo momento y estaban súper ilusionados», recuerda emocionada la novia.
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