Casilda se casa

La boda de Cris y Fer en Pedraza

A Cris la conocí cuando trabajaba para otra cabecera y ella estaba en la misma empresa. Nos veíamos en la fotocopiadora pero no fue hasta pasado un tiempo, que coincidimos en una terraza con unas amigas comunes, que nos hicimos amigas. Al segundo vino, ya le había contado mi vida y milagros y sus consejos sobre una situación personal que vivía me ayudaron mucho. No pude ir a su boda por un motivo que nunca me perdonaré pero me consuela poder compartir con vosotros este post.

Cris y Fer se casaron el 15 de julio en Pedraza, Segovia, pero lo celebraron durante todo el fin de semana, rodeados de su familia y amigos. «Para el vestido visité a Miriam Gálvez y me caló rapidísimo. De trato, es un diez, y tiene tal buen gusto y estilazo que mi madre también le encargó su vestido. Elegí un crepe de seda que a la luz del día hacía un pelín de brilli-brilli. No quise añadir encajes antiguos, broches, mil botones, ni cualquier adorno típico de novia que me impidiera ‘verme yo’. Además creo que la tela ya hablaba por sí misma», explica Cristina.

Le maquilló su amiga Mercedes Couceiro. «No es que maquille bien, es que es otro nivel. Se estudia tu tipo y tono de piel a conciencia y sólo utiliza productos adecuados para ella. Magia total, amanezcas con la ojera que amanezcas», cuenta Cris. Yo lo corroboro porque una vez me maquilló con los mismos resultados.

Llevó unos aros de oro amarillo de Aguayo que le regalaron sus mejores amigas. En el cuello dos cadenitas de siempre, una de su abuela y otra pequeña cruz de Ouibyou, regalo de su amiga Inés».

Como no pude ir a su boda, le mandé mi perfume favorito Narciso Rodriguez For Her para que me tuviera presente todo el día.Llevó unas sandalias blancas de Prada de plataforma y del ramo se encargó a Pitu Paniagua, de Samantha de España Catering. «Una tarde le comenté por encima que me gustaba silvestre y me olvidé del tema. El día de la boda apareció con el más bonito que me hubiera podido imaginar. Las flores iban atadas con una cinta de terciopelo azul marino y un prendedor de corbatas de oro con las iniciales de mi padre. Era su preferido».

Llevó las arras su sobrina Pía pero su ‘look’ fue absolutamente diferente al planeado. «A diez minutos de empezar la ceremonia, se manchó entera con el zumo de fresa de la merienda, pasó de las alpargatas, de la cesta y de la corona de flores frescas, y entró en la Iglesia tan despeinada como yo, con las bailarinas de repuesto en chancla y su conejo de trapo en la mano. Una genialidad», recuerda la novia.

Fer, el novio, llevó chaqué, chaleco y camisa a medida de Tom Black, zapatos de BOSS y calcetines de Jimmy Lion.

Las flores de la iglesia, las de la celebración y toda la decoración de De Natura la hicieron Pitu y Pilu, ambas del Catering de Samantha, y Sabine Dérouléde. «Pilu encargó los centros de mesa a Elisabeth Blumen. Al igual que los platos de la vajilla de flores, cada uno era diferente e ideal. El compromiso, el cariño y el despliegue de medios del equipo Samantha de España es impresionante. La propia Samantha supervisó cada detalle. No se les escapa absolutamente nada. Te casas sabiéndote en las mejores manos, con una tranquilidad impagable».

A la salida de misa instalaron un motocarro de Trendy Food Trucks que hizo las veces de barra improvisada para dar las primeras cervezas y cocacolas. En ese momento la familia del novio les entregaron un Mini Cooper 1300 antiguo y sus mejores amigos una Vespa Primavera restaurada.

Los flamencos protagonizaron los menús y los meseros. Los diseñó  Ana Gusano. «Pinta como los ángeles y hace un trabajo de síntesis brillante: le cuentas tu historia y la plasma en una acuarela preciosa, entre clásica y moderna. Nosotros ya la tenemos colgada en casa», detalla la novia.

Durante el cóctel abrieron cuatro puestos en el jardín de De Natura: de tapas, de quesos, de conservas y otro con degustación de aceites, porque la familia del novio es de Jaén y las aceitunas y el picual eran obligación.

«Cortamos la tarta como en las bodas de antaño, con el mismo sable que utilizaron mis padres en la suya mientras sonaba ‘All you need is love’ de Los Beatles. Recuerdo ese momento con especial cariño».

«Abrimos el baile con el padrino y la madrina. Elegimos el valls de ‘La bella durmiente’ aunque después nos juntamos los novios con ‘Amelié’ de Pereza y Calamaro, nuestra primera canción, pero como a Fer no concibe fiesta sin David Bisbal empalmamos el momento romántico con ‘Corazón Latino’. Hitazo absoluto y eterno. Fue divertidísimo».

Las fotografías fueron de Días de vino y rosas y el vídeo a Liven. «No pudimos estar más felices ni disfrutarlo más. Fue el mejor fin de semana de nuestra vida, por haber sabido rodearnos de los mejores profesionales y amigos. Ojalá pudiéramos casarnos una y otra vez. A ver si la próxima década pasa rápido y en 2027 repetimos» cierra Cris.