Casilda se casa

La boda de Pipi y Nacho en Galicia

Conozco a Pipi porque coincidíamos en clases de tenis cuando éramos pequeñas. Se casó con Nacho hace unos meses y en cuanto vi su vestido de novia, de Inés Martín Alcalde, me propuse convencerla para publicar sus fotos en el blog.

Pipi y Nacho se conocieron en Sanxenxo en 1999 y siempre dijeron que se casarían en Galicia. «Elegimos la ermita de San Benito de Lores, a la que vamos siempre a misa en verano, por sus vistas y por el impresionante coro, compuesto por los pescadores del pueblo. Lo celebramos en Pepe Vieira, un sitio que siempre nos gustó en Camiño da Serpe, en lo alto de un bosque, con vistas a la ría», me explican.

Ella no quería ir de «novia novia», se imaginaba con un camisón o un vestido hippie. «Tenía ideas diferentes como llevar el largo del vestido por la espinilla, ponerme pamela o llevar una cesta con flores, pero mi madre se negaba», recuerda. Finalmente Inés Martín Alcalde les hizo una propuesta perfecta para que fuera una novia especial sin renunciar a vestir de novia tradicional. Como «algo prestado», llevó unos pendientes preciosos de la íntima amiga de su madre, que les acompañó en todos los preparativos y pruebas.

Los vestidos y los chalecos de las niñas los diseñaron la novia y su madre porque no encontraban nada que les encantase. Las coronas de las niñas y sus cestas (así como el ramo de la novia) fueron obra de Ana Botella, amiga de la novia.

Los dos tienen familias grandes, por eso la novia estuvo acompañada por más de diez pajes. Además a Pipi le hacía mucha ilusión que sus cuatro hermanos entraran detrás de ella a la iglesia, como si fuesen escoltas.

Durante la entrada de la novia en la iglesia, su hermana Lucía y cuatro íntimas amigas suyas cantaron Caresses sur l´océan, de Los Chicos del Coro. «Era sorpresa para Nacho, igual que todo el resto de la música de la ceremonia».

La corbata de Nacho fue regalo de sus amigos de Indian Lord.

La celebración fue un cóctel a mediodía y luego sentados sirvieron un solo plato de merluza y un postre: una espectacular bomba de tarta de Santiago.

Después de comer Pipi repartió el ramo con su hermana y dos amigas. Luego abrió el baile, primero bailando con su padre la canción Je vole, de la película La famille Bélier, que les encanta a los dos. «La canción habla de una hija que deja a sus padres para vivir su vida, lo cual fue muy emocionante. Además mi padre estaba súper nervioso porque era la primera vez que era padrino, y no me quería soltar..me costó que me dejara bailar con Nacho».

Luego pinchó su amigo Pablo Reimunde y no pararon de bailar hasta el final.

Las fotos son de la amiga de los novios Elena Arroyo, que además de regalarles estas imágenes tan bonitas, hizo que todo fuese muy cómodo y natural.