La boda de Sara y Caco en Villaviciosa, Asturias
Hoy publico esta boda que me envía Pelayo Lacazette, el fotógrafo, porque es preciosa y porque me ha resultado muy familiar. No sé si por tratarse de Asturias, mi segundo destino favorito en España – donde ya tengo un máster en bodas–, o porque la novia de espaldas me recuerda muchísimo a mi amiga Ana que también llevaba trenza o por la cara del novio que me recuerda al enano, el hermano pequeño de una amiga mía… El caso es que la publico sin conocerles de nada y siento como si hubiera estado yo ahí.
Caco y Sara son de Salinas pero se casaron el 30 de Agosto de 2014, en Villaviciosa, Asturias en un sitio que Sara tenía fichado desde niña cuando visitaba la casa de su abuelo que vivía allí.
Como la mayoría de asturianas, confió su tocado a Le Touquet. Quedó con Paula, la diseñadora de esta firma, a tomar un café en Gijón, viendo modelos y diseñando en voz alta cómo sería la corona. El resultado está a la vista: una corona abierta en tonos granates y rosas pochos que me encanta. Julio, de Peluquería Suárez, acertó de pleno con esta trenza XXL y del maquillaje se ocupó María José, de Avohai.
El vestido era de Sole Alonso, de tul de seda, con encaje y una capa. «Sole me bautizó como la novia hada, de hecho, en una de las fotos con el viento parece que me salen unas alitas», se ríe Sara.
Las niñas iban con unos vestidos de Marta García-Conde ([email protected] o 649726235), de muselina de algodón y encaje valenciennes. De calzado, llevaban unas zapatillas de ballet y la corona era de El Invernadero.
De la decoración de la iglesia se encargó Flores El Invernadero, que hicieron arreglos con hortensias, hiedra y muchas velas.
La ceremonia se celebró en la Iglesia Santa Eulalia de Selorio, románica del siglo Xlll, en Villaviciosa. «Me gustaría hacer mención especial al coro, Coro Manín, de Lastres, un grupo de hombres, la mayoría de ellos pescadores, con un vozarrón increíble. «Una de las pocas cosas que tenía claras desde el primer momento, es que quería que fuese este coro, que tanto le gusta a mi abuelo, el que nos cantase el día de mi boda. De hecho, recuerdo como uno de los días más emocionantes, cuando Caco y yo acudimos a uno de sus ensayos para elegir las canciones, impactante», explica Sara.
Caco se hizo el traje a medida, en una tienda de Avilés, llamada Galen, el chaleco y la camisa son de Scalpers y la corbata de una tienda de Oviedo, Argaro.
Las joyas que llevó Sara fueron el anillo de pedida vintage que me compró Caco en Ansorena, horas antes de coger el avión a Copenhague, ciudad testigo del «sí quiero». «Digo horas antes porque esperó hasta el último momento, sabía que ese era el anillo, pero estaba reservado… y al final, por casualidades del destino, lo consiguió», recuerda emocionada Sara.
Cuando se hace difícil hacer un selección de fotos de una boda, es cuando las fotos son preciosas y así es cómo me gustan las bodas. Pelayo Lacazette, al que conocí en un evento el año pasado, nunca había salidó en el blog y estoy muy contenta de que lo haga con estas fotos que son maravillosas y que me ha costado tanto seleccionar ¡eran todas bonitas!
La celebración fue en la Finca Castiello de Selorio, una casa-palacio del siglo XVII, rodeada de bosques con el cátering de El Real Balneario de Salinas. Se quedaron ahí a dormir –gran tendencia de nuestros días– con familia y algún amigo, y al día siguiente disfrutaron de un gran desayuno recordando anécdotas del día anterior.
A media noche, instalaron una caravana con crepes, de Ma petite Creperie.
La música fue de DJ, Saúl y durante el cóctel, como regalo sorpresa, el padre de Sara contrató un grupo de jazz llamado Marco Martínez.
Héctor Torra, al que conocí también en Asturias el año pasado, hizo el vídeo. En su página web se puede ver el teaser que es precioso, os recomiendo verlo pinchando aquí.