La boda de María y Fernando en Madrid
«Nos presentó una amiga en la época post COVID y empezamos a quedar enseguida aunque con las restricciones era todo más complicado. Resulta que hemos sido vecinos toda la vida y no lo sabíamos lo que facilitó mucho todo. Me pidió matrimonio en octubre del año pasado dando un paseo por el campo en Candeleda que fue donde tuvimos nuestra primera escapada cuando empezamos a salir».
«Mientras me preparaba llevé un camisón de Alejandra Valero que me la regalaron mis amigas».
«Me maquilló y peinó Álvaro Talayero por recomendación de mi cuñada que también publicasteis su boda. Quería que el maquillaje fuera natural y Álvaro acertó de pleno. Para el peinado le pedí un moño de bailarina pero algo más desenfadado y me encantó el resultado».
«Llevé el anillo de pedida que me regalaron mis suegros de Arturo Pérez Fernández y los pendientes que me regalaron mis mejores amigas. También una diadema y velo de mi familia materna con la que nos hemos casado todas las mujeres de la familia».
«El ramo lo montamos entre Elvira, una de las fundadoras de Alfabia y amiga de mi familia, mi madre y yo. Tenía claro que quería que tuviese algo de color y me encantó el resultado. Le atamos una medalla de la Virgen de Shoenstatt que me regaló mi hermana».
«Escoger los zapatos fue una de las cosas que más me costó, quería unas sandalias pero que no fueran demasiado altas y no encontraba nada. Mi vecina que trabaja en moda, me ayudó a conseguir unas sandalias de Céline que me encantaban pero estaban agotadas».
«Para el vestido me inspiré en un traje de Carolina Herrera que tenía guardado desde hace años. Me importaba mucho que la costura estuviera bien hecha y sabía que Navascués no iba a fallar. Además le hicieron el traje a mi madre y me hacía ilusión hacerme el vestido con ellas, son súper profesionales y estuvieron muy pendientes en todo momento de que quedase perfecto, la verdad es que disfruté un montón todo el proceso con ellas».
El novio se hizo el chaqué en Sánchez Caro y llevó una corbata de su abuelo.
Los niños llevaron vestidos de Ussía.
Se casaron en la iglesia del Espíritu Santo en Madrid.
La celebración fue en Real Club de la Puerta de Hierro. «Es un sitio al que vamos mucho desde pequeños y al que tenemos mucho cariño, tanto al sitio como a las personas que trabajan ahí y nos hacía mucha ilusión celebrarlo con ellos».
Algunas de las invitadas iban de Pistache Vintage.
«Las flores eran de Alfabia, queríamos que diese la sensación de una cena de verano y lo llenamos todo de velas y jarrones con flores».
Hizo los meseros la hermana de una de sus mejores amigas PilArt.
«El DJ fue Felipe Gilca que mantuvo la pista llena hasta el final, la gente estaba animadísima. Antes tocó Third Floor y subieron algunos amigos nuestros a cantar, fue genial».
Las fotografías de la boda las hizo Mónica Ortega.«Las fotos son súper naturales y estoy feliz con el resultado».