Casilda se casa

La boda de Patricia e Iñigo en Puerta de Hierro

Mi amiga Chiqui compartió en su cuenta de Instagram esta invitación de boda tan bonita y le escribí corriendo para preguntarle quién la había diseñado. Me contó que la propia novia de la boda que les invitaba, se llamaba Patricia, era amiga suya de diseño de interiores y acababa de lanzar Waterpats.

«Cuando sea la boda ya verás, seguro que es todo precioso porque tiene muy buen gusto». Un mes después, en la cuenta de Instagram de la maquilladora Ana Reyna, me encontré con una foto de una novia con un vestido de flores que me encantó y resultó ser la misma de las invitaciones de acuarelas de la cuenta de Chiqui. Le he pedido que me deje publicar la boda y ha accedido.

Patricia e Iñigo se conocieron en una fiesta sorpresa. «La verdad es que fue un flechazo y pocos días después empezamos a salir», recuerda Patricia. «A los tres años de estar saliendo me llevó a un castillo perdido en Irlanda y me pidió que me casara con él con un anillo de Subastas Segre«.

Una amiga de la novia, le recomendó a Ana Reyna que fue quien peinó y maquilló a Patricia. «Solo con ver las fotos de Instagram, supe que tenía que ser ella porque quería ir totalmente natural y con un peinado muy sencillo». La madre de la novia, es la diseñadora de Cuini y le hizo un tocado de tres pétalos blancos.

Los zapatos de Gianvito Rossi los encontró en YOOX por recomendación de una amiga.

Como joyas, Patricia llevó el anillo de pedida, unos pendientes antiguos que le regalaron sus suegros y las alianzas.

Patricia tenía una idea muy clara del vestido que buscaba: corte recto, cuello caja y manga larga «añadiéndole algo muy rotundo que lo hiciera diferente y no pasara desapercibido». Finalmente, se lo hizo a medida en Navascués. «Mi madre les enseñó una foto de un vestido antiguo de mi abuela con unos bordados del año 1949 y no dudaron en utilizarlos», cuenta Patricia.

Para el ramo, le pidió a las chicas de Aquilea algo simple y en verde. «Las hojas de magnolio son mis preferidas y me dijeron que no hacía falta nada más».

Fue una boda civil que celebraron en el Real Club de Puerta de Hierro de Madrid porque Iñigo es socio. «María de Aquilea y Luis de Filandón, crearon el escenario en el porche del club consiguiendo que fuese muy acogedor colocando a nuestras familias a cada lado», reconoce Patricia.

Iñigo llevaba traje, camisa y corbata de Lander Urquijo, los gemelos se los regaló un amigo y los zapatos eran de Carmina.

Los niños iban de Bonmikids.

De la decoración también se encargaron desde Aquilea con tonos ocres y rojizos y llenando las carpas de BC Carpas de velas.

Tanto para la ceremonia como para el cóctel, contaron con la música en directo de D´Originals. Y con el Dj, los novios tuvieron un imprevisto «dos días antes de la boda, no daba señales de vida. Iñigo consiguió que Eloy de Microparty organizara el sonido y las luces en 24h, ¡puso una música estupenda!», recuerda Patricia.

Todas las fotos son de Amaya Aznar y el vídeo de Esif.