Casilda se casa

La boda de Ana y Sali en la Granja de San Ildefonso

Sali y Ana se conocieron hace 12 años en unas copas. Así definió su amigo Diego la relación en el discurso que dio el día de su boda: “Todas las experiencias que habéis vivido os han enseñado a ser más fuertes y a superar cualquier obstáculo y dificultad. Tenéis una química envidiable, os hacéis reír a carcajadas (con esas risas tan características y contagiosas que tenéis los dos), os entendéis con solo miraros, os cuidáis el uno al otro y, lo más importante, os queréis profundamente”.

Se casaron el pasado 16 de septiembre en La Granja de San Ildefonso y me han dejado publicar las fotos de su boda.

Ana se maquilló y peinó con Silvia Pellisa. «Esto es algo que me tenía preocupada, yo, en mi día a día, o no me maquillo o me maquillo muy poco y súper natural. Me captó a la perfección y el día de la boda me trasmitió muchísima paz y tranquilidad».

Llevó un camisón de Seren Collection. «Me los regaló mi amiga Yolanda y grabó en la bata mis iniciales».

El vestido que eligió para el día de su boda es de Castellar Granados. «Siempre me ha gustado mucho Castellar. Nos entendimos muy bien desde el primer día. Recuerdo que en la última prueba, mi madre y mis hermanas, se emocionaron al verme y yo al verlas a ellas. Castellar fue repartiendo Cleneex a todas. Ahora lo pienso y me entra la risa».

«Quería que mi vestido tuviese dos partes, para poder llevar cola y mangas durante la ceremonia y el cóctel, y poder quitármelo después. Sali y yo somos muy bailongos, y nuestra familia y amigos también, y quería estar cómoda para poder darlo todo».

«Llevé el anillo de pedida que me regaló Sali el día que me pidió matrimonio, es de Javier Gomez-Zuloaga».

«Los pendientes me los regalaron los padres de Sali por la pedida, también de Zuloaga, los diseñé junto a él. Los hizo desmontables por lo que pude dejármelos también para el baile».

«Siempre llevo un abanico conmigo porque soy Doña Calores y quería buscar uno más especial para la boda. Este fue un detalle que tuvo mi amiga María conmigo unos días antes de la boda y no me pudo hacer más ilusión, es de lino en tonos crudos y beige y lleva grabado en un extremo una A».

«El collar que me puse, cuando me quite la parte de arriba del vestido, es de Mdpaulet. Me encanta todo lo que hacen. Me lo regalaron mis íntimas amigas de Coruña, Ale y Lau. Tengo especial debilidad por las gargantillas y los collares y, la verdad, que me sentí muy yo llevándola».

«Quería unos zapatos cómodos con los que poder saltar y bailar y mi tía Maca me regaló unas alpargatas de Castañer de raso en color champagne. Como tacón principal finalmente escogí las sandalias Azia de Jimmy Choo».

Para el ramo escogió el Taller de Lucía «Conocí a Lu hace casi dos años cuando empece a trabajar en HIMBA. Les elegiría a ella y a su equipo mil veces más. Tiene muchísimo gusto y es súper creativa, nos entendimos muy bien y estuvimos muy alineadas».

El chaqué de Sali fue de Old Jeffrey  y encontró la corbata azul oscuro con amebas de Salvatore Ferragamo en Vestiaire.

La misa fue en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en La Granja de San Ildefonso.

Se celebró en la finca la Mata de la Sauca en la Granja de San Ildefonso. «A parte que nos parece un sitio precioso, mi familia, tanto por parte de madre como de padre, veranearon ahí durante muchos años».

Para la decoración y flores escogieron El taller de Lucía.

Para el catering contaron con Pocheville. «Borja y Luis Tomas son maravillosos. Tienen un trato super cercano y la comida estaba buenísima y el servicio excepcional ¡La primera copa en la mesa imprescindible!».

Para la papelería pensaron en la Fundación a la par. «El dibujo de las invitaciones y de la portada de los misales los hizo mi prima María y los meseros los dibujó mi primo Mateo, el artista de la familia».

El coro de la Iglesia fue Enclave Gospel y  el dj Javier Morata. «Un auténtico acierto haberle elegido. La pista estuvo llena de principio a fin de gente de todas las edades».

«A Sali y a mí nos encanta bailar, tanto que estuvimos yendo juntos un tiempo a clase de bailes latinos. Y, en nuestra boda, nos apetecía bailar algo diferente así que nos decidimos por un twist».

Para la fotografía y el vídeo contrataron a Plata.forma.

«Les sigo desde hace muchos años y me encanta la sensibilidad que tienen. Estuvimos super cómodos con ellos desde que llegaron, como si les conociésemos de toda la vida».