La boda de Cristina y Lander en Bueu
Cristina Arias es la cofundadora de la agencia de comunicación The Life Crew y de la tienda de decoración Honèstica. Se casó con Lander en Bueu donde ambos veranean. Siempre supe que su boda iba a ser especial y le recomendé a José Belmonte para que le maquillara.
«Fue un gusto poder hacerlo con José Belmonte porque, además de ser muy buen profesional, es un encanto y me resultó muy agradable todo el proceso», me cuenta Cristina que llevaba un pijama de Folkloore.
José recuerda que hacía un día espectacular y querían «conseguir un look de playa, bronceado, natural, jugoso y con ciertos toques ácidos en las mejillas». Aplicó hidratación con Light Reflecting Moisturizer de NARS mezclada con el fondo de maquillaje Light Reflecting Foundation. Acentuó el tono natural de Cristina con el dúo de polvos de la nueva colección de verano Summer Unrated. «Cuando se puso el vestido, era como una muñequita… No podía estar más guapa y más cool«, recuerda José.
Del peinado se encargó una íntima amiga de la novia, Natalia Belda. «Me conoce perfectamente y tiene un gusto y un tacto increíble».
Cristina tenía muy claro que quería que su vestido de novia se lo diseñara su amigo Moisés Nieto. «Buscaba un vestido sencillo, discreto y elegante con un punto arquitectónico». Recuperaron el velo de su madre y lo adaptaron al concepto del vestido. Toda las joyas (pendientes, colgante y alianzas) eran de Sansoeurs. Cris, su fundadora es una amiga de la infancia de la novia. «Sus diseños son especialmente delicados y muy elegantes. Además, tuvo el detalle de regalarnos las alianzas como su regalo de bodas».
Me cuenta que la elección de los zapatos fue la parte más complicada porque no suele usar tacón. En la preboda que se celebró el viernes llevó las bailarinas Castañer X Casilda se casa en color crudo. Siendo la primera novia en llevarlas.
El día de la boda utilizó tres zapatos distintos para cada momento del día. Para la ceremonia, llevó unos Bottega Veneta; después unos Malababa que le prestó su socia y amiga Alicia en el último momento; y, para el baile, unas bailarinas de Jil Sander que combinaban a la perfección con el segundo vestido.
El ramo de flores era sencillo y solo estaba compuesto por unas calas con tallo largo unidas por un lazo de seda blanco. Le ayudaron a conseguirlo las chicas de Inbloom.
La ceremonia religiosa fue en la iglesia de San Martiño de Bueu y Cristina lo recuerda «realmente especial. Hubo risas, aplausos, vitoreos y mucho amor. Creo que nunca lo olvidaremos». Contaron con un cuarteto de cuerda y piano del grupo Insieme.
Lander llevaba un traje de Man 1924; corbata de Denís (Hermosilla, 11, Madrid) y el reloj que Cristina le regaló en la pedida que es el Tank XL de Cartier, «el mismo que él me regaló el día que me pidió que se casara con él, junto con dos colgantes como amuletos de Sargadelos que me hizo mucha ilusión que llevara en el bolsillo el día de la boda».
Después, los novios e invitados lo celebraron en el Pazo del Invernadero de Santa Cruz de Bueu.
Durante el cóctel, como la abuela de Cristina es cubana, contaron con un grupo de música cubana en homenaje a ella. El catering lo sirvió Pepe Solla.
Para la papelería contaron con su amigo Manu Díez que hizo el logo de las invitaciones y los meseros y el seatting lo hizo Romà Cardona, antiguo compañero de Lander de Uterqüe.
Cristina y Lander entraron a la cena mientras sonaba la canción Mangüeiro de Baiuca.
Para el baile, Cristina llevó un segundo vestido de The Row y se puso una corona de flores muy especial que le regaló unos días antes de la boda Adriana, una de sus mejores amigas de Coruña. Era de flores silvestres recogidas por las costas y montes gallegos. Los novios bailaron Algo contigo de Rita Payés y Elisabeth Roma y con los padres L-O-V-E de Nat King Cole.
La tarta fue una sorpresa que preparó Lander y era de Praliné.
Todas las fotos y el vídeo son de Dos Más en la Mesa.