Casilda se casa

La boda de Mónica y Juan en Madrid

Mónica y Juan se casaron hace unas semanas en Madrid y a mí no me dejaron de llegar vídeos de este primer baile de estos novios que desprendían felicidad cada segundo. Me puse en contacto con Mónica, que me sorprendió por su alegría, para que me contara su historia.

Se conocieron hace cuatro años en un viaje a Tierra Santa, «unimos planes en el aeropuerto y surgió una peregrinación de ocho jóvenes sobre la marcha muy especial y llena de imprevistos. Ahí empezó todo.» Se casaron el 2 de abril en Madrid.

El ramo de flores de la novia era en tonos verdes y fue un regalo de parte de las amigas de Mónica que fueron testigos. Lo hicieron en El Taller de Lucía.

Para el maquillaje y peinado, Mónica contó con Ana Reyna. «Quería algo muy natural y acertó en absoluto». El recogido era una coleta sencilla, «me recordaba a cuando era pequeña y me peinaba mi madre», con un coletero en plata envejecido que le regaló Isabel Nuñez, la diseñadora de su vestido de novia. La bata y el camisón eran de Zara Home.

Mónica tenía claro que no quería ir de blanco impoluto, pero sí velada. Finalmente, Inuñez diseñó un vestido de novia de aire victoriano que se componía de un corpiño con bordados y una cola llena de pañuelos asimétricos de distintos tejidos. «Luego se cortaba para que fuese un vestido cómodo teniendo en cuenta que Juan se desplaza en silla de ruedas e iba a estar junto a mí toda la celebración», recuerda la novia.

Los zapatos fueron un regalo de Leticia, amiga de la novia. «Elegimos entre las dos unas sandalias de Casadei en plata viejo».

Como joyas, Mónica llevaba unos pendientes de su madre y el anillo AnsorenaXCasilda. «¡Enhorabuena por haber diseñado algo tan precioso porque me parece increíble!», me comenta la novia.

Juan, el novio, llevó un chaqué diseñado especialmente para él por la sastrería Bon VivantComo sufrió un accidente de moto que le hace tener que moverse en silla de ruedas, estaba pensado al milímetro para que estuviera cómodo. «Un servicio con muchísimo cariño a la par de ser unos grandes profesionales, prestando atención a cada detalle para que quedase perfecto para el baile», asegura Mónica.

Los sobrinos de los novios iban vestidos de Teresa y Leticia con conjuntos de inspiración austriaca, en honor a la familia de Juan.

«Queríamos que la ceremonia fuese lo más especial e importante de la boda y que todos los invitados pudiesen ser partícipes de ella». Escogieron la iglesia del colegio Nuestra Señora del Pilar y contaron con el coro de Hakuna.

Para la decoración de la iglesia, «queríamos hacer un guiño a dónde nos conocimos y Flores Pili se encargó de llenar el piso de arriba y la entrada de Olivo colgante.

Después de la ceremonia, los novios e invitados se trasladaron a la Finca Los Cuadros que pertenece al catering La Blonda.

Durante el aperitivo, contaron con un Pulpeiro porque los novios viven en La Coruña por trabajo; también había un cortador de jamón amigo de la familia, El Miajón de los Castúos.

Margo, una de las bandas que ofrece el Grupo Sandía, fue quien amenizó el cóctel en directo.

La madre de Mónica se encargó de la papelería que estaba basada en Jerusalén. La caligrafía de las invitaciones la hizo Macsand que es amiga de la novia.

Uno de los momentos más emocionantes fue el baile para el que eligieron la canción Edelweiss de la película «Sonrisas y Lágrimas». Para la música contaron con Gilca Sound que «se volcó en cada momento, acompañándonos hasta el día de antes con soluciones de última hora. Disfrutamos como unos enanos con él».

Todas las fotos son de Plata.forma y el vídeo de 2brothers.