La boda de Gemma y Nil en Arties (Lleida)
Cuando me llegaron las fotos de Gemma me fijé en su vestido de novia porque era un inconfundible diseño de Katarina Grey. Además, su historia es apasionante: se conocieron con dieciséis años en el instituto, decidieron darse un tiempo en su relación, pero volvieron a encontrarse hace diez años y se casaron en septiembre de este año.
«No tenía una idea preconcebida de cómo sería mi vestido», me cuenta la novia. Buscando ideas descubrió a Katarina Grey con quien tuvo una reunión online y descubrió que se entendían a la perfección. Para diseñar el vestido, partieron de la idea de que a Gemma siempre le han gustado los vestidos lenceros, de línea simple y de estilo camisero.
El resultado fue un conjunto tres piezas: un vestido con base de seda, una falda de crêpe de chine de seda y una blusa de manga larga en tul de algodón y aplicaciones a mano de encajes antiguos. «Katarina adaptó un pañuelo antiguo con encajes a los hombros y espalda de la camisa», me explica Gemma. «Hace unos años empecé Valnüd, una marca de trajes de baño confeccionados en un taller en Barcelona. Por este motivo valoro enormemente el proceso de elegir una producción local», me cuenta.
Como joyas, llevó el anillo de pedida que era una alianza catalana de diamantes y unos pendientes de 1920 de oro con diamantes y zafiros blancos que encontró en una tienda de joyas antiguas en Paseo de Gracia.
Para el maquillaje Gemma quiso algo muy natural porque «casi nunca me maquillo y no tenía ni idea de por dónde empezar». Contó con Joe Buj, recomendado por una amiga a la que también maquilló el día de su boda. «¡Me encantó! Gran profesional y persona».
Apostaron por Eth Jardinet para las flores. El ramo parecía cogido del campo esa misma mañana, con flores de la zona.
Nil llevó un traje a medida de la Sastrería Jaojan y una camisa de cuello mao de lino de Massimo Dutti.
Gemma y Nil se casaron por lo civil en La Borda de l’Artiga, propiedad del Hotel Casa Irene, Arties. Se trata de una edificación antigua, con la construcción típica del Val d’Aran, basada en piedra, madera y pizarra. «A los dos nos encanta la montaña y la ubicación era inmejorable para nosotros, rodeados de montañas, a los pies del Montarto». La novia llegó en un Land Rover restaurado que perteneció a su abuelo y ahora a su tío.
Aunque querían celebrarlo en el jardín, el tiempo no acompañó así que montaron todo en el porche de La Borda. El propio entorno sería el protagonista de la decoración dejando que el lugar, la vegetación, el edificio y sus materiales les rodearan y trasladasen a su esencia. «No queríamos añadir nada más».
Mel Semé cantó en directo California Dreaming de The Mamas & The Papas, para la entrada del novio y Stand by Me mientras entraba Gemma.
Casa Irene se encargó del catering. «Estamos encantados, son un gran equipo de profesionales y nos ayudaron en todo momento. Su menú es inmejorable», asegura Gemma.
«Queríamos juntar a toda la gente que queremos, familiares más próximos y amigos más íntimos para celebrar el amor y la amistad».
«Al salir, le regalé a Nil una moto clásica de trial», me cuenta la novia.
Gemma terminó el día con la primera pieza del vestido de novia y se colocó una manta de Lana Negra a modo de chal.
Carlos Ferreira de Nous Nous Photo se encargó de las fotos «Cada disparo es una obra de arte. No habríamos podido elegir mejor. Estamos muy contentos con su trato y su gran profesionalidad».