La boda de Paloma y Jorge en Madrid
Paloma y Jorge se conocieron en la discoteca madrileña Green «un jueves por casualidad». Ella se dedica al mundo del arte, trabaja en Christie´s y tiene una cuenta de Instagram (@pujar_con_arte) sobre subastas que me encanta, y él es arquitecto. «Empezamos a hablar de Chillida y Oteiza, que si él era de Badajoz y mi familia de Cáceres, del campo que nos encanta a los dos…». Seis años después, se casaron el pasado 29 de febrero en Madrid, «me río porque de novios nunca tuvimos fecha de aniversario y casados más de lo mismo, cualquier día es bueno para celebrar», asegura Paloma.
Paloma es amiga de mi hermana Blanca y me pidió consejo para algunas cosas de la boda como el pelo. Nunca va a la peluquería a peinarse porque le gusta dejar el rizo al natural y «Alicia Barón me hizo una verdadera obra de arte, el resultado fue un 10″. Paloma llevó un tocado de Suma Cruz inspirado en una foto de la serie Los Borgia.
La novia escogió para este día tan especial la fragancia de Narciso Rodriguez For Her por su aroma y por ir acorde con el ambiente invernal de ese día.
El vestido era un diseño de Victoria de By Luneville, «mi mejor amiga desde que nos vimos en el patio del colegio hace 20 años», cuenta Paloma. «Victoria no hace vestidos de novia, se dedica a bordar para alta costura, pero conmigo tuvo que hacer una excepción». Carmen se ocupó de confeccionarlo y Victoria bordó todo el nido de abeja y los tirantes.
Los zapatos eran de Mascaró.
Como joyas, llevó el anillo de Subastas Segre que le regaló la familia de Jorge el día de la pedida . Trabajando en el gremio «tenía claro que quería una joya antigua y Jorge no se lo pudo currar más hasta encontrar el que pensó que sería el perfecto. La caja donde venía me la hizo él y no sé que es lo que me hizo más ilusión…»
Los pendientes fueron un regalo de las mejores amigas de Paloma y eran del anticuario Molina Cuevas.
Para el maquillaje, Paloma tenía claro que quería a Raquel Serrano de Bobbi Brown. Y, unos días antes de la boda, se hizo una sesión de hidratación en Urbam Clinic donde el Dr. Moisés Amselem trabaja con los productos de Skinceuticals.
El velo lo hizo Flor Fuertes, «¡es una artista de los pies a la cabeza!».
El ramo, que era de Inés Urquijo, fue un regalo de mi hermana Blanca. Paloma recuerda que «fuimos juntas a conocerla a su estudio y nos enamoramos de ella, de su perro y de su vida entre flores. Le conté y enseñé el vestido, la iglesia, las niñas de arras y hasta el día de la boda no vi nada. ¡Me encantó!». Al terminar la comida, se convirtió en un regalo boomerang porque se lo dieron a Blanca y, otro, a los hermanos de Jorge para que se lo llevaran a su madre.
Se casaron en la Parroquia de Santa Bárbara en Madrid. Aunque, «yo al principio quería que fuese en el colegio el Pilar, como es tradición en mi familia», pero no había sitio y a Jorge le apetecía que fuera en esta iglesia. La ceremonia la ofició «mi tío Gabriel, hermano de mi padre, y sin dudarlo fue lo más especial de todo el día», cuenta Paloma.
La madre de Pipi Hormaechea y ella se encargaron de transformar las inspiraciones de payasos y circos antiguos para vestir a los niños con prendas de Atelier La Nonna. Además, Inés Urquijo les hizo unos aros verdes con las mismas flores del ramo. Y la niña más pequeña llevaba una capota de Mamá Madejas.
Después, se fueron a celebrarlo a la Finca Las Tenadas. «Necesitábamos un sitio que nos pusieran la vida fácil y cómoda y, al ser una boda de invierno, que el interior fuera bonito».
Jorge, el novio, se hizo el chaqué en Tom Black; llevó una corbata de Denis que le regaló por su cumpleaños con las iniciales de su madre bordadas; zapatos de Meermin; y los gemelos, «por una vez no fueron los que hace él a través de Number Twelve Gemelos» y se puso unos que le regaló la madre de la novia.
El catering lo sirvió La Blonda.
De la papelería se encargó también una amiga de Paloma, Andesany, “que se dedica a ello y hace cosas preciosas” y, para el mapa de las mesas, la novia las escribió una a una y su madre las cosió.
Para la decoración querían hacer un guiño al campo con mucho tulipán y un poco salvaje. Y Cristian de Búcaro se encargó de todo, «¡nos entendimos a la perfección!.
Bosco Antoñanzas puso la música e hizo el cartel de Green, idea del novio, para la pista de baile. Paloma bailó, primero con su padre y luego con Jorge, la canción Annie’s Song de Jonh Denver. Estuvieron dando clases con su amigo de Asis Dances.
Todas las fotos son de Plata.forma, salvo las las del interior de la iglesia que son de Pipi Hormaechea y Lucía Yanguas.