Casilda se casa

La boda de Arusay y Nacho en Palmeira

Fiché esta boda por Instagram hace tiempo en la cuenta @elsofaamarillo_eventos y han sido estas grandísimas profesionales de la organización de bodas las que me me han ayudado a conseguir las fotos y me han contado cómo fue todo: «Aru y Nacho, los novios, nos llamaron para contarnos que querían que su boda, el 29 de Julio de 2017, fuese un auténtico festival y por eso ideamos para ellos Palmeira Springs (haciendo un guiño a Palmeira- Ribeira, donde se celebraba la boda, y en referencia Palm Springs, el valle de Coachella) pensando siempre que ese día haría el mismo sol que en California», recuerdan. Se equivocaron en esto pero la lluvia dio un toque de autenticidad a la boda que me encanta.

Las fotos de Melissa Adams, de Helm&Anchor, demuestran que al buen fotógrafo no le cambian las circunstancia, llueva o truene. Me ha costado muchísimo hacer una selección de las fotos de este post porque me parecen todas maravillosas y siempre puedo decir eso. En esta eran todas buenas.

Arusay, la novia, llevaba un vestido diseñado por ella misma y sus compañeras de departamento de diseño de Zara, era un dos piezas: un vestido en escote pico de charmeuse de seda con un plisado soleil y encima con una capa de cuello alto de tul de seda que tenía botones bordados de strass que utilizó para la ceremonia. Las bailarinas son de Marc Jacobs.

El maquillaje y peluquería de la novia, fue del equipo de estilistas habituales en las sesiones fotográficas de moda de Inditex.

Me encanta el look de la novia, sobre todo los pendientes XXL de Balenciaga.

Se casaron en la Iglesia San Pedro de Palmeira, justo en frente de la casa familiar de Nacho el novio. Aru entró de la mano de su madre, con un ramo de La Florería y al son de Amar pelos dois. En los momentos importantes, el hermano de Nacho, Pablo, tocó la flauta travesera para ellos.

Nacho, llevaba un traje Made to Measure de Massimo Dutti con corbata de Burberry y zapatos de Prada.

La iglesia estaba decorada en verdes por Adriá florería, con árboles de olivo, todos forrados en la base con telas diferentes, colocados a lo largo del pasillo. En la puerta instalaron un arco en verde, salteado con plumachos maravillosos.

Diluviaba cuando salieron de la ceremonia y los gaiteiros guiaron a los invitados que caminaron bajo sus paraguas hasta la finca donde se celebró la fiesta.

La celebración fue en una finca privada llamada Finca Caticobas, un terreno de árboles frutales, con un palomar en medio, donde disfrutaron todo el día y toda la noche. Me explica toda la celebración las artífices de El Sofá Amarillo: «La parte gastronómica del evento corrió a cargo de Solla, la sofisticación justa de la cocina gallega más tradicional. Instalamos una carpa para la comida, con decoración de los más variada, con 12 tipos de sillas diferentes, y todas las mesas vestidas con manteles distintos y con puestos de showcooking de lo más variado. A pesar de ser formato cóctel, todos los invitados tenían un lugar donde sentarse y disfrutar de una comida larga cambiando de sitio en cada momento. Ante la lluvia, el día antes de la boda tuvimos que instalar otra zona cubierta para el baile, que estaba previsto al aire libre y con luces de verbena».

«La decoración la coordinamos con la mezcla de sillas, de tejidos, con camas balinesas para la zona chill out, alfombras, colores intensos en suelo y techo en los diferentes ambientes y en la carpa principal, las guirnaldas de tela de Teresa Abaitua bajo las velas tensadas», recuerdan desde El Sofa Amarillo.

«Al llegar, además de una copa de champán, todos los invitados tenían su bolsa de avituallamiento, que se entregaba en una tote bag con el programa del día, la minuta de la comida, una pulsera de tela al más puro estilo festivalero, había también un chubasquero y todo lo necesario para disfrutar del fiestón».

«Diseñamos también un arco de madera dando la bienvenida a los invitados, flanqueado por dos columnas con copones de flor, y un sillón colonial, tipo Emmanuelle que sirvió de photocall».

A lo largo de la boda, la novia transformó su vestido quitando la capa de tul, se puso unos pendientes vintage de su abuela, un cinturón de terciopelo de seda y se caló un sombrero de Cherubina con un lazo de raso anudado arriba para el momento del baile.

Para mantener el espíritu festivalero, colocaron un tipi, desde donde tocaron varios grupos: primero Broken Peach a la llegada de los invitados y luego Los Mecánicos, haciendo divertidísimas versiones de los 60 y 70´s, para acabar con R músicos DJ, que pincharon durante toda la noche.

El video de la boda, que es muy especial es de A&Y Videography.

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