La boda de Fátima y Javier en Santander (Cantabria) I
Fatima y Javier se casaron en Ermita de San Antonio, en Caviedes, el pasado mes de junio. Una amiga mía me enseñó un video de la emocionante entrada de la novia en la iglesia y pude ver entre la gente que estaba trabajando la fotógrafa Cecilia de Días de Vino y Rosas. En seguida me puse en contacto con ella para que me contactara con los novios para que me dejaran publicar algunas fotos de ese día. La selección se me ha complicado porque hay tantas fotos bonitas que he tenido que dividir en dos el post. Espero que os guste tanto como a mí.
Lo primero que destaca Fátima, la novia, es el agradecimiento que siente por tantos proveedores que respondieron con cariño y profesionalidad en su gran día. Me habla especialmente de Encomendados, una empresa que se dedica a gestionar casas por el norte de España, la mayoría de verano, que se encargaron de que la casa y la ermita estuvieran perfectas. Al ser una boda a distancia, porque los novios son de Madrid, se convirtieron en una ayuda fundamental.
La novia llevó un vestido Inés Martín Alcalde. «La tela de base se la dimos nosotras y ella superpuso encajes antiguos, un trabajazo. El diseño lo tenía muy claro, siempre quise algo tipo ‘Orgullo y prejuicio’ y pegaba todo con el ambiente. Para el patrón nos basamos en una foto de un vestido de Valentino», recuerda.
La madre de Fátima es la dueña de Nícoli, por eso le diseñó estos zapatos de terciopelo rosa.
El día de su boda utilizó el perfume de Narciso Rodriguez For Her, del que somos fans en este blog.
Del maquillaje y peinado se ocupó Cecilia Junquera (@cecilia_junquera), que colabora con ellas en los catálogos de Nícoli. «Es más de producción que de boda pero nos tiene muy pilladas», explica Fátima.
Todos los testigos y el novio llevaron corbatas con cuadros escoceses de Nícoli.
La hermana de la novia, Mica, llevó un vestido mostaza de Jorge Vázquez a medida y unos pendientes de Malababa.
El ramo y todas las flores de la iglesia fueron de Alfabia. «Tienen muchísimo gusto y siempre contamos con ellas».
La semana antes de la boda no hacía más que llover y montaron en la ermita un tejadillo de brezo para que los invitados se pudieran meter debajo. Finalmente no hizo falta pero quedaba muy bonito.
La música de la ceremonia fue de Damejazz (Mer y David 620 88 46 18). Al ser una ermita tan pequeña, encajaron perfectamente y cantaron todas las canciones que les pidieron que les gustaban de misa y algunas suyas… «Para mí, fue lo más bonito de todo ese día», recuerda la novia.
Todas las niñas de arras llevaban vestidos de Nícoli.
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