Casilda se casa

El vestido de Inma

Inma (o como la conocí hace tiempo en Twitter @voceswed) se casó con Ramón el pasado julio en la Catedral de Zamora. La historia de su vestido es muy especial y elaborada, de las que a mí me gustan, y ella explica todo el proceso de una forma tan cercana que prefieron pasaros con ella: «Cuando decidimos casarnos y antes de contarlo en nuestras casas, me dedique a ver Casilda se casa buscando un vestido pero no logré encontrar nada que me encajara. Creo que una cosas es ver vestidos sin más y pensar “me casaría con eso” que la realidad cuando te vas a casar y necesitas un vestido. Yo había dicho un millón de veces que cuando me tocara casarme iría a Lanvin o Chanel y me compraría un vestidazo. No lo hice. Pero buscando encontré una capa de Alberta Ferretti novias de la colección 2014 que me encantó y como le iba a regalar a Ramón “de pedida” una capa española, me pareció muy simbólico que los dos tuviéramos una capa de boda. Sin embargo aunque la busqué por todo lo ancho y largo de este mundo, no logré dar con ella».

«Decidí entonces que el vestido me lo hiciera Marcela Mansergas porque me encantaba cómo trabajaba los encajes. Llevé como referencias los desfiles de Phoebe Philo para Chloé repasados, un vestido en concreto que llevaba Fredja Beha en el desfile del verano de 2006 guardado en el móvil y una blusa trasparente bordada que recorté de un Vogue Novias. No tengo más que buena palabras para Marcela, Inés y todo el taller. Son un equipo increíble. Parece mentira que de ese taller tan pequeño salgan esas cosas.

La capa la sacaron de una colcha antigua y las chicas de Marcela, al bordado de base que tenía, le añadieron bordado nuevo y en el último minuto el lazo azul porque no tenía nada de ese color.

«Debajo de la capa, Marcela me propuso un dos piezas de blusa bordada con falda de tablas hasta el tobillo. La blusa es manga francesa y está bordada con abalorios plata, trasparentes y tiene diferentes telas sobrepuestas. Una seda muy fina de base y luego diferentes encajes de chantilly, pasamanería y demás. Y la falda es de tablas enfrentadas, de seda, con la parte de dentro de la tabla hecha de la misma seda que es la base del cuerpo de la blusa. Muy como la de las tenistas de los años 20. Una falda para bailar».

El ramo fue un regalo de sus amigas porque es tradición entre ellas. Como accesorios, en la cabeza una diadema de Jennifer Berh y unas sandalias plateadas de Miu Miu.

Las fotos son de Sergio Cuevas, un chico de Suances. «Le dijimos que no queríamos posar para ninguna foto salvo las de la iglesia. Que queríamos que capturara los momentos que nosotros no podríamos ver, ni estar atentos y eso hizo». Más información sobre esta boda en Las voces de mi cabeza, el blog de la novia.

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