Mi flechazo con el prefall 2015 de Céline
Hacía tiempo que no me pasaba. La semana pasada tuve un gran flechazo con la colección prefall 2015 de Céline. Lo supe cuando empecé a notar que el corazón me latía más rápido cada vez que daba a la flechita en la galería de Vogue.es para pasar a la foto siguiente, y cuando, al terminar, me encontré en mi escritorio con 10 pantallazos de diez de los looks. Estos en concreto:
Puede que no lo entendáis, puede que penséis que exagero, pero es que ni siquiera lo entiendo yo. Si bien es cierto que no hay colección de Phoebe Philo para Céline (o para quién sea) que no me arranque un suspiro, esta ha sido un flechazo hasta las trancas, de los que ya no hay vuelta atrás y tampoco explicación. Como el día que te cambia la vida por una mirada o por un comentario certero. No lo entiendes, pero pasa. Jamás pensé prendarme de un pichi, de los que mi madre diría que son de ursulina, ni de unos zapatos con corazones, que bien podrían ser de Agatha Ruiz de la Prada, que me espantan y atraen a partes iguales… No sé que tiene su prefall, no se que tiene Céline, que hace que quiera hasta lo que nunca querría, hasta una colección tan rara y antiyo como es esta.
Como comentaba Cecilia Casero, que comparte mi entusiasmo por la colección, «de otros diseñadores ves cosas de las que te encaprichas, pero Céline te crea una necesidad real». Empezando por las joyas, continuando por el vestido blanco (ojo novias minimal) y terminando con alguna pieza de ese tejido que parece loden…aunque sabemos que difícilmente llegarán a nuestro armario no dejamos de pensar en ellos.