La boda de Lucía y Joaquín I
La familia de Joaquín es muy querida por la mía, nos conocemos desde hace muchos años cuando fuimos vecinos en la urbanización Santo Domingo. Él llevaba saliendo con Lucía, diseñadora de flores de El Taller de Lucía, desde hacía 10 años, así que me alegré mucho cuando me enteré que se casaban.
Hablé un par de veces con Lucía antes de la boda y, por tres datos que me adelantó, supe que iba a ser maravillosa, pero tengo que reconocer que el resultado, viendo ahora las fotos, ha superado mis expectativas. Empezando por el vestido, que era una colcha antigua de la abuela de Lucía y que Helena Mareque dividió en dos (dándole una parte a la hermana pequeña de Lucía) y acopló magistralmente a un vestido de maxi mangas combinándolo con otros encajes. Sin duda entra en mi top ten de vestidos de novia.
Para el maquillaje y peluquería, Lucía recurrió a María de Bajobé, una de mis direcciones de referencia. Siempre hacen todo bien. En el pelo llevó un broche de los años 20 regalo de su abuela.
Para los zapatos, Lucía contó con el servicio de customización de la marca inglesa Jimmy Choo. Pudo elegir la altura, el modelo, que fue Lance en color champán, y sellar la suela con sus iniciales.
Joaquín, el novio, llevó un traje de Suitz y tuvo un detalle precioso con sus abuelos Joaquín y Tomás poniéndose un gemelo de cada uno para recordarles ese día.
De toda la decoración se encargó Lucía, con su empresa El Taller de Lucía, con gran trabajo se ocupó de que cada detalle fuera especial. En la iglesia, la Ermita de la Virgen de la Paz, de gran tradición para la familia de Joaquín, escogió flores de lavanda y repartió paipáis de rafia. Su ramo también lo diseñó ella con toques totalmente campestres.
La madrina, a la que tengo un cariño especial, estaba espectacular con un vestido coral de Diego Estrada y un tocado de Mabel Sanz. Siempre que coincido con ella en bodas le digo que quiero hacerle un «invitadas con estilo» porque es elegantísima, me alegra por fin enseñaros uno de sus looks.
La madre de Lucía estaba espectacular con un sombrero de Conchitta y un conjunto de pantalón de Helena Mareque.
Las fotos son de Volvoreta, la empresa de una gran amiga mía y una gran profesional. Jimena y su equipo saben captar cada detalle y conseguir fotos que parecen cuadros, como estas que hicieron a Joaquín y Lucía entre las espigas.
La boda continuará en otro post, con una decoración espectacular en medio de una finca familiar y una fiesta inolvidable.