Casilda se casa

Tres destinos y tres hoteles en Marruecos con Royal Mansour

Acabo de volver de un viaje increíble por Marruecos, y puedo decir que he visitado algunos de los lugares más increíbles y exclusivos que he visto nunca. Me parece el destino perfecto para una luna de miel de ensueño así que, para los que buscáis inspiración, apuntad. Fui de la mano de los hoteles Royal Mansour, son impresionantes, cada uno tiene su encanto particular. Os cuento mi experiencia.

1. Marrakech.

El viaje comenzó en el Royal Mansour Marrakech sin duda una joya para cualquiera que busque una experiencia única. Desde el momento en que crucé sus puertas, me sentí en otro mundo. Este destino me pareció impresionante, desde las agitadas calles de Marrakech, su cultura, su gente… hasta la privacidad de sus patios y los detalles minuciosos de la decoración de la ciudad.

El hotel es un espacio ideal para relajarse y disfrutar tras un día de turismo intenso. Los masajes en el spa después del desayuno no los cambio por nada, os recomiendo el Blissful Marma, me encantó. Las comidas y cenas en La Grande Brasserie son increíbles, una mezcla de cocina internacional pero sin perder ese toque local que tanto caracteriza a Marruecos.

2. Casablanca.

El siguiente destino fue Casablanca, una ciudad que me sorprendió por su mezcla de modernidad y tradición. Nada más llegar, me recibió el Royal Mansour Casablanca, un refugio de lujo en el corazón de la ciudad. La tarde fue para explorar las instalaciones del hotel y de la ciudad, tienen un nivel de detalle que hace de cada rincón sea especial.

Una de las cosas que más me gustó fue la posibilidad de desayunar en Le Rooftop, las increíbles vistas de la ciudad no os las puedo explicar tenéis que ir a comprobarlo vosotros mismos. Me pareció curioso que allí la relajación es algo primordial, siempre buscan que estés a gusto. Las cenas en La Grande Table Marocaine fueron otra muestra de cómo la gastronomía marroquí puede ser sofisticada, sin perder sus raíces.

3. Tamuda Bay.

La última parada fue el Royal Mansour Tamuda Bay, un lugar que parece sacado de una postal. Nada más llegar, supe que sería el broche de oro para este viaje. El hotel está rodeado de jardines exuberantes y tiene unas vistas al mar alucinantes. Una de las experiencias más memorables fue la visita a La Medina de Tetuán, un sitio que parece detenido en el tiempo. Las calles blancas y los detalles arquitectónicos, hacen de este lugar un sitio perfecto para perderse.

Si algo he aprendido en este viaje es que en Marruecos se come muy bien. Las comidas en Coccinella eran de caerse al suelo, creatividad y frescura a partes iguales hacen que cada comida sea especial, y las cenas en La Table eran un auténtico festín.

Si algo me queda claro tras este viaje es que Marruecos es el destino ideal para una luna de miel que mezcle aventura, lujo y, sobre todo, experiencias únicas. Tres destinos, tres formas diferentes de entender la cultura, y un sinfín de recuerdos que quedarán grabados para siempre.