Casilda se casa

La boda de mi hermana: el vestido

Al final llegó el gran día y todo lo que he estado guardando como una tumba ya puedo contarlo. Lo que más me gusta de las bodas sabéis que es el vestido de la novia y por eso, aunque más adelante os hablaré del maquillaje, los niños y las flores –aviso que la lista de agradecimientos va a ser enorme– primero quiero hablaros del vestido.

El elegido para diseñarlo, después de visitar un par de diseñadores, fue Nacho Aguayo. Nos conquistó con unos pájaros y una historia: nos habló de una raza, los agapornis, que se mantiene siempre unida en pareja y que él ha convertido en símbolo de su costura. Además nos enseñó un crepe con una caída maravillosa y sobre todo nos escuchó y nos propuso sus ideas con un temple y una amabilidad que no encontramos en otros diseñadores.

Carmen, mi hermana, es muy práctica, algo minimalista y quería estar cómoda ese día. Sus premisas eran: no llevar nada en la cabeza que le molestara, nada de encajes, un toque nocturno y estar favorecida.  Nacho le escuchó y le propuso probarse este vestido azul marino. Le quedaba como un guante y sirvió de base para crear el de novia.

Para suplir el velo, Nacho propuso que llevara una capa de gasa y para sujetarla a los hombros ideó unos pájaros azules a modo de broche.

El toque sexy estaba en el escote de la espalda. Sencillo, nocturno y favorecedor, todo lo que ella buscaba.

Las citas con Nacho se fueron convirtiendo en reuniones de amigos, sólo por esos ratos recomendaría confiar en él y su equipo. Consu, la ayudante de Nacho, ponía la cabeza fría y el humor; Nacho y mi hermana la diversión y mi madre y yo las pegas. En la sombra, Gloria cosía todo para que estuviera perfecto en la siguiente prueba.

Por el taller pasaron mis hermanas, Juanlu Real que hizo estas fotos tan bonitas un día de prueba, la suegra de mi hermana y sus amigas. Hubo risas, lloros, piques, consejos de dietas y acabamos un día tomando gin tonics en Whitby con el equipo y prometiendo que volveríamos a quedar cuando el vestido estuviera acabado.

Es díficil escribir en un post el agradecimiento que siento hacia Nacho y su equipo por su creatividad, su paciencia, su amabilidad y su profesionalidad. Superó con creces mis expectativas de cómo debe ser el proceso de creación de un vestido de novia (algo que yo tenía mitificadísimo) y puedo decir que recomendaría a todo el mundo ponerse en sus manos.  Gracias, gracias, gracias.