Casilda se casa

La boda de Loreto y Dani en Castillo de Batres

Loreto y Dani se conocieron en una cita a ciegas en Londres. Ella se rompió el pie e iba en muletas, pero le debió de gustar mucho Dani porque la maratón de recorrer toda la ciudad para conquistarle mereció la pena.

«El peinado me lo hizo Paco Martín, mi peluquero de toda la vida y un experto en pelo rizado». Las zapatillas eran una colaboración de Etro x Castañer y el camisón de Namur Collection.

«El vestido es un collage compuesto de diversas piezas que giran en torno a un corpiño que encontré en Zimmermann. Cortana fue quien hizo posible que pudiera ponérmelo gracias a una falda y velo que encajaban a la perfección».

«Para el corpiño, bordado con perlas, me puse unos pendientes de mi madre de Butler & Wilson y una pulsera de diamantes y perlas de mi abuela».

«Del maquillaje se encargó Mercedes Couceiro, que supo leer exactamente lo que quería».

Los zapatos eran de Castañer.

Las invitaciones y minutas representaban dos superhéroes bailando o brindando en uno de los estilos favoritos de Loreto: el deconstructivista ruso.

La ceremonia fue en la Iglesia de San Manuel y San Benito. «Tiene un coro increíble y muy solemne, algo fundamental para nosotros ya que a los dos nos encanta la música», aclara la novia.

«El ramo para mi era un elemento clave en el look. Dehesa Paraiso Flowers tuvo en cuenta cada detalle a la hora de componerlo y el resultado fue poético y muy personal».

La celebración fue en el Castillo de Batres. «Nos parecía un lugar muy romántico por su historia, jardines y arquitectura. Además, cumplía un requisito fundamental : que en caso de lluvia el interior fuera tan bonito como el exterior».

«El concepto de la decoración de las mesas giraba en torno a un bosque encantado, por lo que pintamos a mano 150 peceras que parecían libélulas al iluminarse y coronaban las ramificaciones de unos candelabros de hierro con forma de árbol». Colorreto, empresa de Loreto de diseño, arquitectura, interiores, escenografía, mobiliario y accesorios también fue protagonista.

«El seating plan se materializó en una mesa en la que se sentaba gente famosa que Dani y yo habríamos invitado al gran día. La idea era reinterpretar una escena surrealista de las fiestas que daban Gala y Dalí. Sin duda, el juego de cristalería pintado a mano, vasos rellenos de agua tintada y máscaras de tantas personalidades plagados de color lograron el objetivo».

El catering fue Medems con una mención especial a Verónica Gómez-Montejano.

«Después de la cena tocó la banda blues/rock No More Bullshit y nuestro amigo Robert Cobbold o DJ Ham Sandwich se ofreció a pinchar con el don de que todo el mundo no parase de bailar».

De la fotografía se encargó Chachacha photo.