La boda de los Olea Photo en un antiguo colegio

Elena y Víctor son los fotógrafos fundadores de Olea Photo. Se conocieron trabajando y se hicieron amigos durante muchos años hasta que se dieron cuenta de que su historia podía tener un final feliz. La madre de la novia es de Orduña y decidieron celebrar su boda en el antiguo Colegio Compañía de María, un lugar que siempre les había encantado, que tuvo niños en sus aulas desde 1883 y que ahora mismo está a la venta.

Elena encontró su vestido en Vestiaire Collective: «Era un abrigo de organza de Courrèges de Alta Costura del 1976, y estaba perfecto. Siempre me ha fascinado la marca. En la universidad me obsesionaban los looks de películas francesas de la Nouvelle Vague y de veranos en la Costa Azul, con la estética de La Piscine o Dos en la carretera. Sin darme cuenta fui creando el look en mi cabeza hasta que lo compré y llevé a Castellar Granados, que lo arregló y me aconsejó».

«Elegí For Her Eau de Parfum Intense, un perfume de Narciso Rodriguez que adoramos mi madre y yo. Es sofisticado, envolvente y elegante, perfecto para un día tan especial como este».

Le maquilló Maider Martínez: «Yo no me maquillo nunca y tenía miedo de ir demasiado, pero en la prueba consiguió que me sintiera muy favorecida, y esto me dio seguridad». Para el peinado contó con Josune ». El pijama que llevó durante el maquillaje era de La Veste.


Las joyas eran de Ansorena: «Estos pendientes Casilda Night fueron un flechazo. Además, llevé una sortija a juego».



«Cambié de zapatos a dos semanas de la boda. Me había comprado unos pensando que el vestido iría con mangas, y en la última prueba decidí quitarlas. Sentía que necesitaba unos zapatos un poco más ligeros. Estos de Bottega Veneta me encantaron: eran el toque moderno que quería para rebajar el traje».


«Vi un bolsito en la web de Cordera y sentí que era perfecto para llevar las flores. Soy fotógrafa de bodas y le hice las fotos a una niña ideal que se había hecho un ramito en un bolso, pero al final no lo llevó. Me acordé de ella y de esta idea, y me cuadró muchísimo. Sergio, de Flores para Venus, se encargó de que fuera perfecto».



«Además, quise hacer un guiño a esta estética setentera que tanto me atraía y me compré un vestido actual de Courrèges, de la línea re-edition de clásicos, que combiné con unas botas altas de By Far que ya tenía».

Víctor se hizo el traje en Momos Tailors: «Les conocemos por unos amigos y le encanta esa mezcla entre moderno y clásico que tienen. Aunque son de Alicante, se desplazan a Madrid de forma habitual. La corbata, los gemelos y el reloj son vintage y los zapatos de Carmina».




«La ceremonia fue en El Monasterio de la Antigua, un lugar es precioso con las vistas al valle. Es lo único que teníamos claro desde el principio. El paseo desde el pueblo me trae muchísimos recuerdos de cuando era niña, y me parecía muy especial compartirlo con todos los invitados».

«Solo había una niña en la boda, mi prima pequeña Mía. Vive en París y llevaba meses muy emocionada con la idea de llevar las arras y los anillos, algo tan español, y además era su primera boda. Llevaba un vestido sencillo de lino y unas alpargatas».


«En la ceremonia cantó el coro de mi tío Floren, que eligió todo con muchísimo cariño. Para mi entrada, dos de mis mejores amigos interpretaron Pero a tu lado de Los Secretos. Lo planeamos todo sin decírselo a nadie, ni siquiera a mi familia, y fue muy emotivo» me cuenta Elena.






Después de la ceremonia religiosa, los invitados se trasladaron al Colegio Compañía de María. «Tuvimos muchísima suerte de que nos permitieran usar un espacio increíble en el centro del pueblo: un antiguo colegio enorme con un jardín que da al mismo valle que la iglesia, y que además está de camino, lo que hacía que la logística fuera muy sencilla, algo que era muy importante para nosotros».













«Durante el cóctel, varios amigos de Víctor se curraron un DJ set para calentar motores. Son unos cracks y siempre se juntan para pinchar, así que tenía mucho sentido que lo hicieran en nuestra boda».




«Víctor tenía claro que quería brasas, un plan que nos encanta hacer en casa. Habíamos visto a El Yugo en alguna boda y nos parecía la mejor opción. Cambiamos un poco el menú para incluir chuleta como plato principal, que tenía mucho sentido casándonos en el País Vasco, y ellos nos aconsejaron en todo momento. También contamos con un puesto de ensaladas de Zearreta, un lugar precioso al que nos encanta ir a hacer el Brunch en invierno. Les preguntamos si podían hacer algo para complementar el asado y nos mandaron una propuesta que era justo lo que queríamos».


De las flores y la decoración se encargó Sergio de Flores para Venus y Nerea Arza de Bodas Muy Mía: «Supieron adaptarse a todas nuestras peticiones, aportando también su toque. No era fácil trabajar con un espacio tan grande y descuidado como un colegio antiguo, y aun así le sacaron todo el partido. Yo me encargué de comprar todos los platos, porque no encontraba los que quería: los típicos Duralex que recuerdan a las comidas de verano y a los comedores de colegio. También usamos sillas del cole, típicas de los 70, combinadas con las mesas, y sofás para el cóctel».

«La papelería fue un regalo de nuestra amiga Alba Ciércoles, de la agencia Flirt. Ya habíamos confiado en ella para el branding de Olea Photo».







«Justo después de comer, mis amigos de Floridablanca me sorprendieron con un concierto para la sobremesa, que terminó siendo el inicio de la fiesta. Cantaron versiones y alguna canción suya, que forma parte de nuestra vida juntos, y fue una pasada. Bailé con mi padre y con Víctor la canción This Is the One, de The Stone Roses, mi favorita».








«Para la fiesta contamos con nuestro amigo Borman; era la persona perfecta para animar un fiestón con un público tan variado y con gustos tan dispares».



«De las fotos se encargó nuestro amigo Pelayo Martín y su equipo de Plata.forma. Fue un lujo poder contar con él: transmite una paz increíble mientras trabaja, siempre tiene todo bajo control, es súper educado y se adapta a todo. Y los fotones, ni hablar».
«El vídeo lo hizo Bebi Puig-Pey, nuestra videógrafa favorita. Sus montajes son pura magia: te ponen los pelos de punta incluso los vídeos de gente que no conoces».