La boda de Patricia y Pablo en El Real de la Jara

Zahara, julio de 2020. Fue allí, en su lugar favorito del mundo, donde todo comenzó. Pablo y Patricia se conocieron gracias a Rocío, una amiga común que le dijo a él que el día que le presentara a su amiga se casaría con ella. Y así fue.
Hoy, casi cinco años después, han vivido un noviazgo con muchos kilómetros de por medio (él en Marbella, ella en Madrid), pero siempre con el mismo objetivo: construir algo juntos.

María José Rodríguez, que la maquilló para NARS, nos revela las claves del maquillaje: “Queríamos una piel natural pero duradera, mejillas con un toque de color sin saturar y ojos y labios con la definición justa para realzar su belleza natural.”
“Para la piel lo tuve claro, el combo de Light Reflecting Foundation con el Radiant Creamy Concealer era la mejor opción para lograr un acabado natural y de larga duración. En las mejillas apliqué Afterglow Liquid Blush en el tono Dolce Vita, un rosa empolvado que aporta el rubor justo y se mantiene impecable. Con los polvos Laguna, esculpí sus facciones. Para los labios, elegimos dar color con el Powermatte High-Intensity Lipstick en el tono American Woman.“




Patricia confiesa que solo visitó a una diseñadora para su vestido: Ana García, de Cherubina, recomendación de su cuñada Rocío. Desde la primera cita supo que era su sitio, y con el apoyo de su madre Patricia y su hermana Marta, creó el vestido de sus sueños que fue un regalo de su tío Jorge Cadaval. Un vestido sencillo y elegante. “No quería verme disfrazada, solo quería ser yo misma.”


“Pensé en unos tacones rojos, pero al final me decanté por unas sandalias cómodas y sencillas de Flor de Asoka que reflejan mejor quién soy.”

Llevó un ramo de Rocío Gómez-Ferrer, madre de Paula, una de sus íntimas amigas y como joyas decidió llevar los pendientes de su abuela María. Además, escogió dos anillos con un significado muy especial: el de pedida que Pablo eligió en Suárez, y otro con un zafiro que le regaló la madre de Pablo.
“Paula y Rocío También me han regalado el camisón y la bata de su marca Binac“.



Pablo eligió una firma tradicional sevillana, O’kean. Los gemelos pertenecían a su padre, quien falleció hace 18 años. Los zapatos los compraron en Madrid, en Crownhill Shoes.



La ceremonia fue en la iglesia de San Bartolomé en El Real de la Jara, un lugar lleno de encanto donde su hermana Marta se casó hace ocho años y donde sus padres tienen su casa de campo. “Puse a mi padre a mi lado porque no me gusta separarme de él, es una bonita costumbre que tengo.”







Las niñas lucieron diseños de Lourdes Mauri, madre de una amiga cercana. Las flores de la cabeza eran réplicas de las que le había enviado Rocío Gómez Ferrer, encargada de su ramo. En cuanto a la ropa de los niños, “todo era de Zara, me vuelven loca los pantalones bombachos y las camisas de hilo.” Las alpargatas eran de la alpargatería de Los Remedios en Sevilla.



Para nosotros, el lugar más especial del mundo es la casa de campo de mis padres en Navarredonda, donde he crecido y donde también se casó mi hermana. “No pudimos elegir un sitio mejor.”
“Para las carpas, no dudamos ni un segundo en contar con Siluka. Los mejores. Pusieron toda una encina repleta de luces, un paraguas de luces en el patio y unas carpas maravillosas para que todo el mundo pudiese estar a gusto y al aire libre”.

“Alda & Terry fue para nosotros el mejor catering de Sevilla”. Queríamos una boda cóctel, informal y con variedad: aperitivos, pasta y arroz para el plato principal, y puestos de mini gin tonic, cervezas bien frías y las famosas tostas del restaurante de mi hermano César. La recena fueron las pizzas napolitanas de Deltuno, que fueron un éxito total y de las que todos me preguntaron”.



















“La música fue clave para mí, y Pablo solo pidió elegirla juntos, coincidimos en Icon Experience, liderada por Nacho Barrero, amigo de mi hermano, que hizo todo fácil y espectacular con pantallas, luces y fotomatón”.
“Mónica Ortega es una profesional excepcional y la fotógrafa con la que siempre soñé para un día tan especial. Cuando Pablo me pidió matrimonio, lo primero que hice fue asegurar su disponibilidad” nos revela la novia.
“En cuanto al vídeo, desde siempre soñé con Álvaro Aguado, un amigo creativo y bohemio que convierte tu boda en una auténtica obra de arte, cuidando desde la música hasta el título del vídeo”.