La boda de Macarena y Andrés en El Jaral de la Mira
Macarena y Andrés son de Madrid, pero viven en Coruña porque ella trabaja en Inditex. «La boda tuvimos que organizarla a distancia, nada hubiese sido posible si no hubiésemos contado con gente tan profesional».
La novia nos cuenta su historia. «Nos conocimos en un autobús camino a la universidad. Andrés siempre ha sido muy atrevido, me vio y se sentó a hablar conmigo sin conocerme de nada. Seis años después me pidió que nos casáramos. Pasamos toda la tarde en la Plaza de la Villa de París, un plan que solíamos hacer mucho. Fuimos a misa en Santa Bárbara. Al acabar, nos quedamos solos dentro de la Iglesia y allí me pidió matrimonio. Me encantó porque fue algo muy íntimo, el y yo delante de Dios. Luego había reservado una cena en el jardín del Only You».
Del maquillaje de la novia se encargó Sofía Camarena. «Le pedí que fuese un maquillaje lo más natural posible, porque no me maquillo nunca, e hizo maravillas, es una artista absoluta».
«Para el peinado elegimos a Rosa Gómez Rojo que peina a mi madre de siempre, y nos peinó a mi madre, mi hermana y a mi».
Para el vestido escogió a Sofía Delgado. «Hizo el vestido de novia de mi hermana y nos fiamos plenamente de su gusto».
«Me encantan los vestidos de época. Me hizo mucha gracia la idea de hacer un corpiño clásico de lino natural, que iba sobre un vestido interior de capas de gasa de seda. Para conseguir el efecto visual de un “corpiño” cerramos el cuerpo en la espalda con un juego de cintas de la misma gasa que se entrelazaban a través de unas presillas de lino realizadas a mano. Para dar textura al cuerpo se añadieron bieses desflecados en las costuras verticales, escote y talle. La cola de gasa de cuatro metros aproximadamente se desmontaba para el baile».
«También lleve un manto de tul bordado francés de mi bisabuela que es una auténtica joya».
«Los pendientes eran de aljófar de mi bisabuela que se lo regalaron cuando se puso la mantilla por primera vez. En el pelo lleve la pulsera de pedida de mi abuela que montó ella misma en una tiara. Era una pulsera con rosetones de diamantes de Córdoba».
«Los zapatos los diseñé con mi madre, eran de tejido “tipo Chanel” y la puntera la hicimos cuadrada, inspirándonos en los tacones de Prada que me encantan. Recuerdo toda esa etapa con muchísimo cariño. Los diseñamos en dos alturas para poder cambiarme después. A raíz de mis tacones de boda diseñamos una colección entera de tacones para invitadas en distintos colores, que están disponibles en White y están siendo un éxito rotundo».
Llevó el anillo de pedida que le regaló Andrés. «La historia es muy especial para los dos: me pidió que le dibujase en papel como me imaginaba el anillo, y se lo llevó a un amigo joyero en Coruña e hicieron una réplica exacta del dibujo. Son tres diamantes y dos zafiros en talla baguette. Es un diseño de inspiración art decó y anillos de ese estilo empezaron a fabricarse en Coruña en los años veinte por esa familia de joyeros, en lo que se conoce como el kilómetro de oro».
«El ramo me lo regaló Mario de Metatopy, tiene un gusto increíble. Superó todas mis expectativas. Era un ramo desestructurado con peonías y composición de flores en tonos pastel, llevaba en la empuñadura un retal de gasa de seda de mi vestido y una medalla».
Sofía Delgado vistió también a la madre de Macarena, a la madrina y a la hermana del novio.
Se casaron en la Parroquia de San Jerónimo el Real. «Andrés sabía que era la iglesia de mis sueños, y muchos domingos íbamos a misa ahí. Se encargo de reservar meses antes de pedirme matrimonio porque es imposible conseguir fecha. Celebraron dos amigos sacerdotes nuestros y fue lo mejor de la boda, nos sentimos súper acogidos».
De la música se encargó Alborada. «Tocaron una salve marinera que siempre la escuchamos en la iglesia de Comillas, donde veraneamos».
Andrés llevo un chaqué de Knack. «La corbata se la regale en un viaje a Londres que tuve que hacer por trabajo, era una corbata de 100% seda de Savile Row. También llevo en reloj suizo Longines que fue el regalo de pedida y unos gemelos con sus iniciales que le regale por nuestro aniversario».
Lo celebraron en El Jaral de la Mira. «Nos enamoraron sus jardines, que son de un paisajista Álvaro Sampedro, que sigo desde hace tiempo».
«De pajes fueron dos sobrinos nuestros y mi prima pequeña, los trajes de marineros los diseñamos mi madre y yo inspirándonos en una camisa que tengo yo. No queríamos que fuesen típicos trajes de marineros azul, por eso cogimos una tela de rayas en color teja y lo combinamos con franjas negras, la combinación quedaba ideal».
«En la decoración tuve la gran suerte de contar con Mario Molina y su equipo de Metatopy, le conté que quería recrear un jardín dentro del salón. De las mesas y las columnas crecían flores. Mario hizo realidad ese jardín que soñaba y tiene unas manos de oro, sin duda fue nuestro gran fichaje para este día».
«En la mesa principal, el cóctel y el seating plan le pedí composiciones de frutas y verduras que formaban esculturas, eran una obra de arte».
Del catering se encargó Mario Sandoval con dos estrellas Michelin. «Estuvo en la propia boda cocinando en directo y saludando a los invitados, fue un gusto tenerle tan cercano y con tanta profesionalidad, comimos mejor que nunca. Salió todo perfecto. Quisimos hacer un guiño a Galicia, donde nos hemos ido a vivir ahora y pusimos un puesto de pulpo y otro de zamburiñas».
De toda la papelería y los meseros se encargó Macarena personalmente. «Eran platos pintados de los distintos restaurantes en los que he estado con Andrés, con amigos o con mi familia, todo lo llamamos bajo el nombre Mesa para Dos con el siguiente mensaje:
Mesa para Dos nace de todas las veces que hemos llamado para reservar una mesa para dos, para seis o para doce. Representan todos esos momentos con nuestros amigos, familiares y gente que queremos, que no los cambiaríamos por nada…
Hoy la mesa para dos es más grande que nunca y nos hace una ilusión tremenda que podamos disfrutarla con vosotros. Mira a ver dónde tienes mesa reservada para hoy y esperamos que disfrutes.
Mil gracias por estar aquí hoy.
Macarena y Andrés
Recreamos un bodegón con verduras y los platos. «Todo iba en sintonía con una página web que hicimos para los invitados con un bodegón que nos representaba, y ahí podían consultar toda la información y detalles de la boda».
«Hubo un grupo de música flamenca que animó a todo el mundo, nos reímos muchísimo y para el baile contamos con Juan Cavero de Gilca, que hizo bailar a todo el mundo hasta el final, nunca he visto bailar tanto a los amigos de mis padres. Mi hermano pudo pinchar durante una hora y fue súper emocionante, nos subimos con el al escenario».
«A mi me encanta la fotografía y era algo súper importante para mi, así que no dudamos en coger a Dos Más en la Mesa, sus fotos parecen cuadros y tienen una forma de captar momentos como nadie. También les escogieron para el vídeo, que hacen películas no vídeos».