Casilda se casa

La boda de Mercedes y Javier en Jerez

Mercedes y Javier se conocieron hace cuatro años años por unos amigos en común y «me pidió que nos casásemos hace un año, justo antes de la pandemia», me cuenta la novia. Durante los preparativos de la boda, han vivido lo que muchos otros novios: incertidumbre, cambios… «No hemos podido cerrar nada hasta el último minuto, pero lo que teníamos claro era que no íbamos a cambiar la fecha de la boda, aunque tuviéramos que casarnos solos».

La madre de Mercedes y su hermana Sol, son las diseñadoras de T.ba y T.ba Brides y, como no podía ser de otra forma, se encargaron del vestido de novia. «Ha sido una de las etapas de la boda que más hemos disfrutado», asegura Mercedes.

«Me presentaron la idea del vestido completamente por sorpresa. Yo quería algo muy sencillo con detalles sutiles y, sobre todo, muy T.ba«. Hicieron un bordado con cristales antiguos sobre una gasa de seda y, esos mismos cristales, los colocaron en el borde del velo y en horquillas para el moño.

El peinado lo hizo Rocío Nández y del maquillaje se encargó Anabel Nández.

«El ramo lo hizo mi tía Fernanda (que es como una segunda madre para mí) la misma mañana de la boda con flores del campo», recuerda la novia.

Como joyas, Mercedes llevó el anillo de pedida y unos pendientes antiguos que le prestó su hermana, todo de Pilar de la Vega.

La celebración religiosa fue en la Iglesia de San Marcos de Jerez que tiene uno de los mejores órganos de España que tocó Francisco Martín Romero. Le acompañó también la violinista Ana Belén Pina y la soprano Carmen Patiño Ucero.

«Para nosotros lo más importante era la misa, por eso, que el sacerdote fuera amigo nuestro hizo todo súper emotivo. Durante la boda no dejamos de llorar y de reírnos».

Después, celebraron una comida en el Salto al Cielo, un Monasterio construido por los Monjes Cartujos en el siglo XVlll. Cuenta la leyenda, que cuando se hacían mayores iban a retirase allí; de ahí el nombre de la finca. El aperitivo lo celebramos en el albero delante de la capilla, desde donde se ve todo el campo. «La comida en el jardín y el baile quisimos que fuese viendo la puesta de sol».

La decoración fue obra de Carla Díez, «me encanta porque no disfraza el sitio sino que utiliza todo lo que encuentra en el campo. Es como si metiera la naturaleza en tu casa», asegura la novia.

El catering lo sirvió Alda y Terry y «nos hacía mucha ilusión utilizar todas las vajillas y cubiertos antiguos que coleccionan mi madre y mi tía. Cada vez que viajan en busca de muebles para las tiendas de T.ba, siempre encuentran algo único».

Staffsound consiguió animar a todo el mundo durante el día entero.

Todas las fotos son de Mónica Ortega Domínguez y el vídeo lo hizo Emotion Film.