Casilda se casa

La boda de Myriam e Ignacio en Sevilla

Myriam e Ignacio son dos sevillanos que se conocieron hace siete años trabajando en Sevilla. «Siempre hemos estado juntos aunque ha habido etapas de distancia física» me cuenta la novia. «Primero trabajando en el mismo sitio; unos años a distancia -ella de voluntariado en Filipinas y él, por trabajo, Budapest -; y finalmente nos fuimos a vivir a Barcelona».

Ignacio le pidió que se casara con él las navidades pasadas. Cuando empezaron con toda la organización, tenían la idea de que fuese una boda grande. «Nunca pensé que se mantendrían las restricciones tanto tiempo, pero teníamos claro que queríamos casarnos, lo importante para nosotros era el sacramento». Celebraron una boda pequeña y familiar en Sevilla que disfrutaron muchísimo, «hizo un día maravilloso y pudimos pasar tiempo con todos los invitados», recuerda Myriam.

Mientras se preparaba, la novia llevaba un camisón de Dreaming Habits, la nueva marca de pijamas de Tba y una bata de Esmarfiles, marcas de Sol y Lupe respectivamente, amigas de la novia. Después, Myriam, junto con sus hermanas y su prima, se pusieron unos kimonos de seda que trajo ella de un viaje a Japón. Para el maquillaje y peinado, Myriam y su madre contaron con Manolo Gutiérrez, «supo captar mi estilo desde la primera prueba». Sus hermanas confiaron en Valle García Alvear.

Algunas de las joyas que llevó Myriam eran antiguas, otras eran de Antonio Carmona Joyeros como las alianzas. «Las hace artesanalmente y dejó que hiciésemos el grabado de nuestros nombres y la fecha», recuerda la novia.

Antes de diseñar el vestido de novia, decidió probarse algunos ya hechos como los de Cortana. Myriam no pensaba que su elección final fuese de colección prêt-a-porter. En una prueba, coincidió con Rosa, la diseñadora de la firma, «y vimos claro cuál era el vestido para mí, me parecía el más especial de la colección». Los zapatos eran de Alberto Guardiani.

El ramo fue un diseño de María Argüeso de Brunia. Myriam quería que fuese blanco y verde, silvestre, con caída y que llevase margaritas en honor al nombre de su abuela.

Los niños de las arras eran los sobrinos de Ignacio e iban vestidos de Labubé. La hermana del novio llevó un vestido mostaza de Panambi.

La ceremonia religiosa se celebró en la Basílica de la Macarena en Sevilla. La familia de Ignacio, el novio, tiene un vínculo muy especial con esta Virgen «así que no había un lugar mejor». En la iglesia cantó la soprano María Jaraquemada. Toda la papelería y caligrafía fue obra de Macsand, este fue el dibujo de la Macarena que hizo para el mapa de las invitaciones.

Después, se desplazaron al Cortijo Pino Montano. Organizaron una comida que sirvió el catering Alda & Terry. «Bebimos champán durante la boda, pero hicimos el brindis con Cacao Pico, un licor familiar», me cuenta Myriam.

Aunque fuese una boda íntima, cada detalle era importante. Para la decoración del emplazamiento, contaron con Flowers by Clara y Ainhoa&Co se encargó de las mesas y la zona chill out. «Quería que fuese original y elegante con flores alegres, plata y cristal».

Xite&Co pincharon vinilos durante el aperitivo. «Fue súper especial y original, consiguieron convencer a jóvenes y mayores», recuerda Myriam.

Las fotos son de Mónica Ortega y Lucía Cherubina a las que los novios conocen desde hace mucho tiempo. «Han sabido recoger todos los momentos importantes del día con un resultado maravilloso». El vídeo es de Victor López.