La boda de Paloma y Joaquín en Las Jarillas
Paloma y Joaquín se conocieron hace casi siete años «en casa de nuestro amigo Carlos, no nos hicimos ni caso al principio. Pero, poco a poco, nos fijamos el uno en el otro», me cuenta la novia que, cuando empezaron como novios «me di cuenta que, desde los 16 años, tenía en mi cuarto una foto nuestra con más amigos, pero ni idea de quién era».
Todo en esta boda es especial, ahora veréis. Pero llama la atención el ramo que lo hicieron la hermana de Paloma e Inés Urquijo. Fue un rato antes de la ceremonia con flores de Pomona, el jardín de Inés, para que no se estropeara con el calor.
Mientras se preparaba, la novia llevó un vestido/camisón que había bordado a mano su hermana con flores extremeñas y que se lo regaló esa misma mañana. Raquel Serrano se encargó del maquillaje y Chelo Escobar del peinado de Paloma.
Raquel se fue corriendo porque tenía que preparar a Sofía Delgado que se casaba el mismo día en Madrid.
La boda iba a ser en Jerez y Macarena y Javier, de From Lista With Love, iban a ser los encargados de diseñar el vestido que «he reservado para la celebración el año que viene. Me di cuenta de que era demasiado festivo y quería adaptarme al entorno de una boda pequeña en un jardín». Paloma llevó el velo que le dejó su hermana que era de la misma firma.
El vestido de novia era una «combinación de cosas», como dice Paloma que reconoce que «fue un poco caos conseguir un vestido que me gustase en el confinamiento». Por un lado, estaba compuesto por una falda de seda de Laure de Sagazan y una camisa de organza de seda hecha por Sol Prado, prima de Paloma, que diseña T.ba, firma de las tías de la novia.
Paloma llevó el anillo de pedida, el aderezo con el que se casó su madre y un broche que sujetaba el velo de la madre de Joaquín. También, se colocó un pequeño imperdible para cerrar la camisa; «era de mi abuela Paloma, me lo regaló mi madre hace tiempo y tiene mucho significado para mí».
La ceremonia fue en el porche de la capilla de Las Jarillas, finca en la que también ofrecieron la cena. Cantó Lara Alcázar de Laraland, «se portó increíble, fue una gozada», asegura Paloma. Para la entrada del novio cantó Gabriel´s Oboe, de Ennio Morricone, y Moon River para la de Paloma.
El chaqué de Joaquín lo hizo el sastre de Sastrería YAB y también llevaba una corbata de Hermès.
El catering lo sirvió La Cococha que es de la tía de Paloma. «Organizar cualquier cosa en la cuarentena y en dos meses significaba contar con la familia para todo». El aperitivo y la cena lo amenizó el equipo de Dándote Ritmo con música francesa y bosanova.
«Si recuerdo un olor de ese día, sería el de Lime Basil de Jo Malone, pues pusimos velones entre la decoración».
La papelería fue el regalo de Cecilia Plañiol, amiga de la madre de la novia.
Paloma y Joaquín quisieron ser lo más consecuentes posible con la situación que estamos viviendo. «Hicimos el test a todos nuestros invitados el día antes para poder estar más tranquilos. Tampoco hubo baile, pero el año que viene nuestros amigos nos verán bailar por primera vez».
Todas las fotos y el vídeo son de Enrique de Liven Photography, pero con su nuevo enfoque desde Walther Santafe. «Ha hecho las fotos a casi todas mis amigas y las de mi hermana Pía. Contábamos con él para la boda en Jerez y, cuando le dije el planteamiento de la nueva boda, se embarcó el primero feliz de ayudar portándose como el mejor de los amigos».
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