Casilda se casa

La boda de Marta y Charly en Sevilla

Marta y Charly se conocieron saliendo por Madrid, en la discoteca Graf y, aunque ella reconoce que son polos opuestos, «él es un alemán y yo soy una viva la vida», tuvieron una gran complicidad desde el principio. «Tardó cuatro años en pedirme matrimonio, menos mal que tiene un gran amigo que le explicó que nunca existiría el momento perfecto» y se casaron hace unos meses en Sevilla.

Mientras se preparaba, Marta llevaba un camisón que era de su abuela y, encima, una bata de De su padre y de su madre. Del maquillaje de la novia, se encargó María Rodríguez de la Borbolla, «la elegí porque me encanta los tonos que usa y realmente sabe explotar lo bueno de cada una.

Unos meses antes de la boda, Marta empezó a cuidarse el pelo con Carmela Domínguez que fue quien la peinó ese día con un moño de bailarina,

Para el pelo, montaron una pulsera de la familia de la novia como diadema. También llevó, como joyas, unos pendientes de Jocafra que le regaló su madre; el anillo de pedida y un anillo de oro que le regalaron mis padres al cumplir 25 años.

Marta suele usar el perfume Fleur Musc de Narciso Rodriguez y, el día de su boda, no podía faltar..

El vestido era un diseño de Inés Martín Alcalde. Marta fue a su taller porque conoce a su socia Leti y, «desde el principio, me transmitieron cariño y tranquilidad así que cancelé el resto de pruebas con otros diseñadores», cuenta Marta. «Solo le enseñé unas fotos de una novia que me gustó y ya Inés hizo todo. Supo pillarme desde el principio y me habría casado directamente con el patrón de la primera prueba».

Marta recuerda que «lo mejor que hice fue confiar en ella, dejar que hablara en voz alta para sí misma y con Rosa» mientras disfrutaba de cada momento. «Imaginaba cómo iba a quedar el traje, pero en cada prueba era mil veces más bonito que en mi propia cabeza».

La hermana de la novia llevó un diseño de la colección de invitadas de Inés Martin Alcalde.

La ceremonia fue en la Iglesia de Santa María la Blanca. «La reservó mi madre cuando iba camino a hablar con sus amigas monjitas para ver si nos dejaban casarnos en su convento». Es una de las iglesias más bonitas de Sevilla y tiene muchísima historia que se encargaron de contar a los invitados de fuera dejándoles una cartulina en sus habitaciones junto con unos dulces del Convento de San Leandro.

Charly, el novio, se hizo el chaqué y la camisa en Suitz. Fue un regalo de dos de sus íntimos amigos junto con la corbata.

Marta llevó un ramo de Mermoca a la virgen y se casó con otro de La Galería de Jesús Fuertes.

«El coche en el que nos fuimos de la Iglesia era un un Sunbeam Alpine de 1967, un coche inglés, el primero de James Bond. Nos lo trajo desde Madrid un amigo de Charly como regalo, Joaquín Riveiro, de su empresa de alquiler de coches clásicos, Garaje Montecarlo (627920999/[email protected]). Tienen coches increíbles para todo tipo de eventos», cuenta Marta.

Después, lo celebraron en el Real Club Pineda que también sirvió el catering.

La Galería de Jesús Fuertes fueron quienes decoraron el lugar y Marta les dejó total libertad

Para la música, tenían claro que sería unos de los mejores amigos de Charly, Kike Verdeal de Play Music, quién se encargaría. «Hizo que tanto nuestros padres y nuestros amigos no parasen de bailar en toda la boda. Convirtió la carpa en una discoteca con todo tipo de efectos visuales, luces y de sonido».

Todas las fotos son de Mónica Ortega Domínguez, «tiene un don», asegura la novia, y Lucía Cherubina. «No era consciente de lo importantes que son los fotógrafos en una boda, no sólo porque obviamente tienen que capturar esos momentos que a los novios les hará ilusión ver, sino también porque están con ellos en los momentos más íntimos del día». Y el vídeo de 2brothers.