La boda de Marta y Jaime en El Regajal
Conozco a Martita desde que era una niña porque es la prima pequeña de mi amiga Marta y recuerdo perfectamente una noche en la discoteca Tiffanys, hace mil años, que me contó que estaba saliendo con Jaime. Les acabé llevando en coche a Mirasierra y desde entonces siempre que hemos coincidido nos hemos reído mucho. Son un parejón, simpatiquísimos y se quieren mucho. Por fin, después de muchos años saliendo, se casaron el pasado octubre. Y, después de mucho insistirles, me han dejado publicar sus fotos.
Del maquillaje y el peinado de Marta y su madre, se encargó María Nebrera. «Mi prima, Ana Reyna, no podía ese día y me mandó a la que le enseñó todo. No lo pudo hacer mejor», me cuenta Marta, la novia.
El vestido era un diseño de Inés Martín Alcalde, «solo fui a ella porque me conoce desde pequeña y sabía que me haría el vestido de mis sueños».
Como velo, «quería llevar la mantilla de mi familia paterna», cuenta Marta.
Los zapatos era de Aquazzura, «unas plataformas que son cero de novia, pero que me encantaron en cuanto las vi».
Como joyas, Marta llevó unos pendientes de esmeraldas que eran de su abuela y dos anillos con los que Jaime le pidió que se casara con él. «Son de oro con zafiros y los llevo diariamente».
El ramo de Marta, y el resto de la decoración floral, era de la Sastrería de las Flores, «a Sarita le dije que me apetecía mucho que tuviera un tono mostaza y lo dejé en sus manos».
Jaime, el novio, llevaba un chaqué de Toque de Sastre y una corbata de Hermès.
La ceremonia fue en el Convento de San Pascual en Aranjuez. «Solo celebran bodas para gente de la parroquia y tuve la suerte de que eran las mismas monjitas que las de Candeleda» donde Marta pasa gran parte de su vida porque su familia tiene una casa en el campo. «Llamaron y nos hicieron el favor». Marta reconoce que, a dos días de la boda, no tenían música para la iglesia y «llamé a un coro que fue lo más bonito del día».
Después, lo celebraron en la Finca El Regajal y contaron con su catering. «En cuanto vi El Regajal, supe que tenía que ser aquí. Es precioso, lo preparan todo perfecto y se come súper bien. Lo conocía poca gente y le encantó a todo el mundo».
La madre de Marta, la novia, y muchas de las invitadas iban vestidas con diseños de Matelier.
Eligieron a Dándote Ritmo para la fiesta, «estaba feliz, en una nube y lo disfruté muchísimo», reconoce Marta.
Todas las fotos son de Alejandra Ortiz, «la mejor», y el vídeo de Carlos Cortés.
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