La boda de Carmen e Ignacio en Pals (Gerona)
Carmen e Ignacio se conocieron hace cinco años y, el pasado mes de octubre, se casaron en Pals (Gerona) aunque los dos son de Madrid. «Yo siempre he pasado los veranos en Costa Brava y él sabía que es un sitio muy especial para mí así que no me hizo falta convencerle», recuerda la novia.
La hermana y la madre de Carmen son las creadoras y diseñadoras de la firma de bolsos Mo by María Roca. Las tres se han caracterizado siempre por un estilo sofisticado y muy especial. Por eso, los detalles de la boda de María tenían toques muy originales como el color negro que estuvo muy presente. De hecho, Carmen utilizó la fragancia Narciso Rodriguez For Her para ir acorde con ese color.
«Tenía mil ideas para el vestido, pero no conseguía dar con nada que me emocionara», recuerda Carmen. Pero unos meses antes de la boda se fue de viaje con su madre, su hermana y su cuñada a México, de donde es su familia materna. «Paseando, pasé por delante de la tienda de Raquel Orozco y dentro me pareció ver un vestido maravilloso. Lo acababan de recibir esa mañana y solo había una talla. Me lo probé y no tuve ninguna duda, era mi vestido».
Como joyas, llevó el anillo que le regalaron sus suegros el día de la pedida, un diseño exclusivo de Inmaculada de Tena de MEW Jewellery y unos pendientes de brillantes y perlas de su tía. «Se los regalaron mis abuelos para su boda y me hacía ilusión casarme con ellos».
«Mi vestido era corto, así que los zapatos iban a tener mucho protagonismo. No suelo llevar tacón y no me importaba nada ir plana el día de boda, al contrario, me encantaba la idea. En Resán me los hicieron a medida». Carmen eligió un modelo de bailarina con lazo zapatero y piel de charol en color nude, además, su madre fabricó dos broches de piedras y perlas para rematarlos.
«A diario no me maquillo y quería un resultado que me dejase efecto de buena piel y nada más. Las chicas de Salón Toro lo hicieron mejor de lo que podía imaginar». No quiso darle mucho protagonismo al pelo y le hicieron un moño sencillo. Como bata, Carmen llevaba el traje de novia de su madre.
La corona de orquídeas de Carmen, la novia, y las de las niñas están hechas a mano por Estela de The Hat by EU. «En todas las bodas a las que voy llevo sus tocados, todos artesanales, valoro muchísimo su trabajo, se dedica a él en cuerpo y alma».
El ramo, también de orquídeas y jazmín, es de Jordi de Montana El Taller. «Yo solo le dije las flores que me gustaban y le enseñé mi vestido. El mismo día de la boda me sorprendió con esa maravilla que era el mismo ramo que llevó mi madre en su boda».
Ignacio, el novio, llevó un chaqué clásico de sastre y chaleco de piqué de Knack Men; zapatos de Meermin; el reloj que le regalaron los padres de Carmen en la pedida; y unos gemelos clásicos de esmalte con sus iniciales de Joyería Ariza, regalo de la novia.
Se casaron en la Iglesia de Sant Pere de Pals. «La misma donde se casó mi hermana María hace 8 años y a donde vamos a misa los domingos de verano», cuenta la novia. En la entrada colocaron una alfombra antigua heredada de la abuela de Carmen.
Para los niños, Carmen quería algo sofisticado en blanco y negro. «Mi hermana, junto con mis primas de La Casita de Mitos Roca, diseñaron los vestidos».
«Es entera de piedra y el equipo de Montana El Taller la decoró solo con ramas de olivo consiguiendo una sensación increíble al entrar».
Las amigas de Carmen la sorprendieron con unos arcos también de olivo al salir.
«La papelería fue regalo de una íntima amiga. Ella y su madre, Alicia Reynolds de Ochopordoce, dibujaron los meseros y el seating plan inspirados en las ilustraciones de Kate Greenaway que me encanta»
La celebración posterior fue en casa de los padres de Carmen. «Era lo que más ilusión nos hacía, celebrar nuestra boda en un entorno familiar, lleno de buenos momentos y recuerdos, con nuestras familias y amigos más cercanos». Organizaron el aperitivo en el pinar y la comida en el jardín, con ayuda de Cari Goyanes de Sixsens.
La familia de Carmen está repleta de artistas y, por eso, nadie mejor que ellos para encargarse de la decoración. «Mi padre pinta cuadros y hace esculturas (Arte Curro Roca); mi madre y mi hermana con la firma de bolsos Mo by María Roca. Sacamos los muebles que teníamos en casa al jardín y mi madre cosió a máquina todos los manteles de vichy blanco y negro porque no los encontrábamos en ningún sitio».
«Yo tenía claro que no quería flores y, con esas pautas, Jordi de Montana El Taller creó un bosque de árboles frutales totalmente integrado en el jardín de casa. Para mí, Jordi es un mago de las plantas, consigue que parezca que su trabajo es obra de la naturaleza».
Carmen abrió el baile con su padre y luego con Ignacio y bailaron Quizás, quizás, quizás de Nat King Cole.
«A Ignacio le encanta la música y sabe mucho del tema así que él se ocupó de todo. Sus primos, de Vespok 360, se encargaron de la iluminación y el sonido y convirtieron el bosque de pinos en una auténtica discoteca. Fue muy mágico».
Todas las fotografías son del equipo de Alejandra Ortiz y el vídeo de Jordi Slow.
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