La boda de Marta y Guillermo en Madrid
Guillermo y Marta se conocen desde hace 5 años gracias a que les presentó una prima de él. «Tengo que decir que nos caímos un poco mal… pero hicimos muchos planes juntos con amigos y una Semana Santa en Marbella, donde veraneamos los dos, empezamos a salir».
Ana Reyna maquilló a Marta y también a su madre, hermana y a la novia de su hermano. «Como siempre, un resultado impecable y, sobre todo, muy natural que era lo que yo quería porque nunca me maquillo».
Marta no se veía vestida de novia y, mucho menos, con un vestido «tradicional» y fue a Castellar Granados, «le conté mis mil y una ideas con un Powerpoint lleno de fotos que reflejaban todo lo que quería». Y en la segunda cita decidió que sería ella quién haría su vestido porque «todos sus bocetos eran la pera por la variedad de propuestas diferentes y originales teniendo en cuenta mi estilo».
Como joyas para ese día, Marta llevó el anillo de pedida que Guillermo, el novio, diseñó con Javier Gómez Zuloaga (629 289 105/915 595 556) . Y, en la cabeza, dos peinetas con formas de estrella, hechas con cristales de color negro, champagne y perlas de Suma Cruz.
Guillermo organizó un desayuno con su familia y sus testigos mientras se vestía. El chaqué era de Lander Urquijo y el chaleco de Old Jeffrey. También llevó unos gemelos, el reloj de pedida y la corbata de Lester, todo regalo de la novia.
Se casaron en la Iglesia de San Pedro Apóstol, en Santos de la Humosa. «Está situada en lo alto de la montaña donde está el pueblo. Es una iglesia del siglo XVI-XVII, hecha de piedra por fuera y por dentro es sencilla». La única decoración que hubo fue floral, tanto en la iglesia como en el comedor de la finca. Fue trabajo de Aflore Mío que también hizo el ramo de Marta y que fue un regalo de una de sus mejores amigas.
Y luego lo celebraron en El Soto de Mónico que también se encargó del catering. Los meseros y el protocolo los pintó María Torroba. «Se trata de dos acuarelas con los caballos de carreras de nuestras respectivas familias. Los Satrústegui y los Fierro tenían una yeguada cuyos caballos eran de carreras y competían en el Hipódromo. Nos pareció un tema perfecto para los meseros, ya que tenía un gran significado para ambos».
«El comedor se decoró con altos, medianos y bajos centros para crear movimiento y que no fuese todo tan igual y se hizo con un estilo silvestre y sofisticado».
Marta entregó varios ramos, «cuando entramos a comer dos de ellos, uno a cada madre y, después, tras el postre, dimos varios ramos, a mis dos abuelas, a mi hermana y a una amiga».
Los hermanos de Marta prepararon un discurso sorpresa.
El montaje de sonido e iluminación lo organizó Alfonso de Partyson, «sin ese pedazo montaje no hubiese sido igual». Y el Dj fue Julio Torres.
De la organización se encargaron Paloma y Alejandra de La Colombine. Y todas las fotos son de Liven Photography.
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