Los invitados se desplazaron desde la iglesia a la casa de la novia. Abraham Martínez Fernández (Fundacion Alqvimia Musicae) organizó un plantel músical para que no faltara en ningún momento de la celebración. Desde las dos del mediodía, unos ministriles (chirimía, sacabuche alto, sacabuche tenor y bajón) y percusión tocaron desde el balcón del estudio de pintura de la madre de la novia. Interpretaron diferentes piezas renacentistas de carácter alegre recreando musicalmente un ambiente palaciego del siglo XV-XVI.
Antes de las tres de la tarde, The Farataos, un grupo de música tocó en la zona de los aperitivos. Se movieron entre los invitados trasladándolos a los años de 1920.
Cada rincón de la casa y del jardín estaban decorados con originalidad y buen gusto. Junto con Delfín Delicatessen, el catering basado en Palma del Río – y algunos amigos – familia de la novia consiguió enlazar a la perfección la decoración con la comida: había camareros con trajes de época, un puesto de aperitivos en una enorme cama con dosel ¡y hasta árboles frutales “plantados” encima de las mesas! Madre e hija se recorrieron los viveros de Sevilla y Palma del Río para que todo estuviese perfecto.
Todo tenía el sello de la palmera (diseñada por la madre de la novia) que utilizaron para las invitaciones, los números de mesas, los pai país…
Mientras se servía el postre, en el patio renacentista, una orquesta de 28 músicos interpretaron una serie de obras. Hasta Pink Panther con la que la novia dio el ramo. El saxofonista solista acompañó a la novia por las mesas hasta llegar a la afortunada.
Tras esta pieza todos los invitados se levantan y salen a los jardines para comenzar el baile.
Después de esta pieza los invitados fueron conducidos a la zona de la piscina para seguir con la fiesta con los DJ´s, Pablo Fernández de Córdova y Javier de Bethencourt.
Todas las fotos son de Ópalo Photo. El vídeo es de Álvaro Aguado.