Después de la ceremonia se trasladaron a Casa Irene (en Arties), un sitio en medio de las montañas con vistas al Montarto. Además hizo un día muy especial y salió el sol ¡un milagro! Para celebración, Alejandra se puso un vestido de Alexander McQueen con unas botas de Saint Laurent doradas.
En la decoración, la novia agradece especialmente la ayuda de su madre Mónica Colominas que es estilista e interiorista –Dalla Polvere– y le dio muchas ideas para la creación del espacio.
No utilizaron flores sino velas y pieles, y en los centros de mesa pusieron botellas de vino para que los invitados pudieran servirse en cualquier momento.
Al terminar la comida, y de sorpresa para la novia, aparecieron los de Lío de Ibiza. Prepararon una actuación muy especial en la que participaron algunos familiares de los novios y finalmente acabaron haciendo un show que dejó a todo el mundo boquiabierto y con muchas ganas de bailar.
Para el resto de la noche contaron con los DJ Phun. Dos jóvenes, que viven en Barcelona y que no dejan ni un segundo la pista vacía. Estuvieron bailando hasta que les echaron.
Fue una boda de gente joven, distinta y divertida. «Todos eran amigos íntimos. Hasta los Djs, la fotógrafa, Ana Larruy , Berta Bernad en el vídeo…fue como una gran familia!», recuerda Alejandra.