Inés Ybarra es directora de arte, fotógrafa y modelo ocasional. Tiene una estética muy especial, minimal y extravagante a la vez, y una visión de las cosas muy diferente a los demás (no hay nada más que echar un vistazo a su cuenta de Instagram). Por eso, aunque de momento no tiene novio ni intención de casarse, me intrigó mucho conocer cómo idearía ella su propia boda. «Si lo escribes tú me fío -me dijo- pero el tema es muy «anti-yo», la verdad es que nunca me he imaginado mi boda».
Empecé a tirarle de la lengua y estos fueron las cosas que le fueron viendo a la cabeza:
-Me la imagino con muy poca gente.
-Me imagino vestida por la mañana con un traje de Sybilla.
-En mi tocador me imagino unas llaves de coche siempre a mano para huir en mitad de la noche, una cajetilla de tabaco porque aunque no fume, sé que de los nervios lo haré. Un relajan por qué cuando me pongo nerviosa mis piernas fallan. La bruma For Her, de Narciso Rodríguez para perfumar mi pelo, porque ese aroma aporta calma y serenidad; un sombrero de Cortana y una foto de un momento feliz con la persona que me voy a casar para recordarme que si me entra el pánico, estoy haciendo lo correcto.
-Llevaría un zapato de tacón bajo del estilo de los de Maryam Nassir Zadder.
-En la iglesia estarían solo mis familiares y mis íntimos. Con un pasillo súper corto y en el campo. Antes muerta que casarme en un pasillo de 1km como el de la iglesia de los Jesuitas de Madrid, por ejemplo. No soportaría ser observada durante tanto tiempo.
-Me imagino por la noche cambiándome a un smoking blanco-crudo para poder bailar sin preocuparme de nada.
-La cena directamente no me la imagino. Pienso en las mesas y se me pone la piel de gallina. La rave con todos los jóvenes si.