La boda de Culli y Álvaro
Culli es amiga mía desde que llegué en 5º de primaria al colegio. Tenemos fotos atroces vestidas de uniforme que nadie desearía ver, además, en el listado de clase, ella era el número 25 y yo la 24 así que muchas veces nos tocaba juntas en clase de gimnasia o en el pupitre. Terminada la universidad nos hicimos inseparables y por eso la mañana de su boda escribí un post llamado ‘La vida sigue igual’ contando todo lo que significaba para mí ese día de su boda. En la foto de arriba, me cuenta ella, que lo acababa de leer y sus sobrinas la abrazaban porque se emocionó. No voy a seguir por ese camino sentimentalero que no paramos de llorar en todo el post, pero os cuento esto para que os imagineis la ilusión me hace publicar sus fotos.
Culli conoció a Alvaro hace cuatro años y se casaron el pasado octubre. Para su vestido de novia, escogió la propuesta de Helena Mareque. La diseñadora pilló al vuelo la idea que quería la novia, de conseguir un vestido con una mezcla entre clásico y con un toque de fiesta, incrustándole la espalda de piedras envejecidas azules.
Abajo Virginia, una de las hermanas de la novia con vestido color rosa de Marc Jacobs y tocado de Mimoki.
Desde que anunció su boda, todas sus hermanas, entre las que se encuentran las reconocidas fotógrafas de bodas Patricia y Leticia de Click10, con más de 20 años de experiencia fotografiando bodas, se involucraron para que ese día fuera especial. Ambas llevaron vestidos de Susy Vea (916506552) y tocados de Solideo.
Los zapatos eran unas sandalias de ante azul marino de Jimmy Choo, regalo de sus amigas Belén y María. Me encantaron.
El novio, Álvaro, estaba impecable con un chaqué a medida que se hizo en Tom Black.
La madre del novio, llevaba un vestido de Diego Estrada color maquillaje que combinó con unos pendientes de esmeraldas. Estaba guapísima.
El look de las niñas fue un tema divertidísimo de organizar. Patricia, la hermana de la novia, encontró una inspiración de niñas de colegio francés y para ello se volvió loca para hacer el look. Finalmente fueron así de monas combinando una falda Bonpoint, camisa de Nícoli, bailarinas de Pretty Ballerinas, capitas de punto de Mamamadejas y sombreros de Mimoki.
Conchita, la madre de la novia, y una de las personas más elegantes que conozco, llevaba un vestido azul de Prada y un tocado de Conchitta.
Celebraron su boda en el Monasterio de Lupiana (Guadalajara). La anécdota de la boda vino con la celebración de la ceremonia religiosa. Normalmente no se pueden celebrar al aire libre en este lugar y por eso la misa estaba pensada en una iglesia cercana al monasterio, pero unos días antes de la boda, avisaron a los novios de que se iba a celebrar un encierro de toros en el pueblo por el que iba a resultar imposible el acceso. Finalmente consiguieron que, como caso excepcional, se celebrara la ceremonia al aire libre, resultando una de las más espectaculares en las que he estado. Todas las flores las puso Búcaro y los reclinatorios, alfombras y sillas eran del Filandón del Val.
Todas las fotos son de Click10
Continuará…