La boda de Berta en Mallorca
Berta gestiona la estrategia digital de Magnolia Trendy, una firma ideal de ropa y de MiN, una marca de bolsos artesanales fabricados 100×100 en Mallorca. Por medio de las redes sociales de Helena Mareque descubrí que se había casado con un vestido precioso azul y con bordados y en seguida le escribí para pedirle más fotos
«La verdad es que todo lo que puedo decir de la boda son cosas buenas, mucha gente dice que lo mejor es el viaje y ha sido genial, pero para mí lo mejor es casarte», me contó cuando me mandó las fotos. Eligió para el vestido a Helena porque encajaron súper bien y se entendieron desde el principio. «Yo fui muy segura del azul pero no acabamos de encontrar el azul que queríamos hasta que Helena por fin lo encontró. También yo quería flores pero me daba miedo al ser rubia parecer cursi y cuando ella me enseño el tipo de bordado y meter colores marrones, rojos…me pareció una idea fantástica», recuerda Berta. Del maquillaje y peluquería se ocupó Laura Gisbert.
Respecto al sitio, aunque Berta es cántabra, decidieron celebrarla en Mallorca porque es donde nació su marido. «Cuando mi novio me llevo a Biniagual (solamente se ha celebrado una boda ahí antes) no me lo podía creer, era uno de los rincones más bonitos en los que había estado en mi vida. Un pequeño pueblecito de tres calles con una ermita dentro, todo tan cuidado y bonito. Además con los dueños de la finca todo son facilidades, el trato ha sido fantástico.», explica la novia.
El Jardin, es un catering impresionante con una estrella Michelin y les sirvió la boda. Querían huevos fritos con patatas y bogavante, un plato típico de la isla y Macarena de Castro, la chef, lo hace mejor que nadie en la isla. Hicieron un aperitivo muy fuerte con puestecitos de arroz, carnes y un rincón mallorquín y sentados solo tomaron un plato y postre. Querían que la boda fuera como una fiesta en la calle.
Para la decoración contrataron a David de Jaiak. Fue clave para que todo saliese perfecto, les orientó como mezclar mesas redondas e imperiales, el vasito verde, la servilleta de tela de lenguas mallorquina, las sillas de bambú…»Tiene de todo», me cuenta Berta. «A Francis, la que se encargó de las flores, me la recomendó David de Jaiak y es una monada, tiene buen gusto. Me hizo mi corona y ramo con flores naturales y metimos cardo que es la flor típica de Edimburgo donde nos conocimos mi novio y yo de Erasmus». Como el sitio era rústico y tan bonito Berta no quería meter flores porque con el calor se mueren y se le ocurrió la idea de usar los limones de la finca, tanto en las mesas como en la ermita, y lo mezclo con plantas aromáticas (a que además repelen a los mosquitos) y velitas ¡quedo genial!
Como la madre de Berta es pintora les hizo todos los meseros en acuarelas. El tema era el mar: un pulpo, percebes, un faro…
Regalaron unas bolsistas que hizo la madre del novio con tela de lenguas con alpargatas y ¡fueron un éxito!
Para los novios era clave que la boda fuera un fiestón y lo fue gracias a Mikey Pavón y Joaquín, de su equipo
Cristian Trujillo, hizo las fotos y quedaron encantados con el resultado «es super atento, amable con muuuchísimas ganas y las fotos nos han encantado».
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