Casilda se casa

La boda de Blanca y Mon en Tarifa

Blanca y Mon se casaron en Tarifa porque es un sitio muy especial para ellos. Mon nació allí y todos los puentes de Mayo celebran su cumpleaños por todo lo alto en el Hotel Arte y Vida. «Por ello decidimos que en 2015 sustituiríamos el cumpleaños de Mon por boda, sería el sábado 2 de mayo y haríamos una fiesta preboda en este hotel tan importante para nosotros con una fiesta al atardecer», me cuenta la novia.

Blanca la novia responde genial a mi cuestionario: «Por lo general la organización de la boda fue algo complicada. Estábamos a muchísimos kilómetros, no conocíamos a los proveedores de la zona y era muy complicado llevar a todo el mundo hasta allí, pero al final lo conseguimos. En gran parte gracias a la ayuda de nuestro amigo Raimundo Anido Merino  (+34 600 000 282) que lleva años organizando bodas en Sevilla y conoce como a nadie a todos los proveedores de sur. Soy de las que piensa que es fundamental la figura del wedding planner para que todo salga redondo ese día».

Celebraron la boda en La Peña en Tarifa en la espectacular casa de una amiga suya. El día tenía mucha luz y podía apreciarse perfectamente al fondo África. Además, contaba con una pequeña casita en el jardín donde la novia se cambió y maquilló.

El maquillaje fue de Noelia Cortés, Blanca conoció por una recomendación un par de meses antes de la boda, vive en Algeciras y tuvieron un auténtico flechazo. «Es mi recomendación personal para todas las novias que quieran casarse en el sur».

«Con el pelo estaba más tranquila, no quería nada espectacular, lo más natural posible por lo que tiré de costumbres familiares. Le pedí una prueba a la peluquera de toda la vida de la madre de Mon y sus tías en Tarifa, Peinarte peluquerosLa prueba fueron todo risas y relajación por lo que no dudé en que quería que Santi, la dueña, me acompañara a pasar mejor los nervios de aquella mañana».

El anillo de pedida era de Jocafra en Sevilla. Tienen taller propio y pudieron diseñar cada detalle.

El vestido era de Navascués. «Tengo que reconocer que, por lo general, no soy muy fan del típico vestido de novia. Probé en varios sitios pero me veía disfrazada y mayor. No sabía muy bien lo que quería, aquí entran las típicas conversaciones madre-hija donde tú quieres casarte prácticamente en camisón y tu madre pregunta que cómo no vas a llevar velo o cola. Llamé a Inés Martín Alcalde, que conocía de alguna ocasión, y le conté mis dudas. Me dijo que fuera a verla y que iba a hacer que me emocionara con el vestido y me sintiera yo. Así fue. Me diseñó un vestido súper fino, sin apenas capas y sin armar con la espalda cubierta por guipur. De manga larga, como yo quería, y sin cola, prácticamente un camisón. Como solución al velo, me propuso esa coronita de tela con pequeñas flores que se cubrían por un finísimo velo de seda. Por último, un chaleco de encaje prendido a la cintura del que salía una cola, para mí, muy diferente».

En mi afán con no parecer la típica novia pensé en qué flores tendría que llevar mi ramo. Gracias a mi amiga Claudia Rodríguez de Sibilina decó lo tuve. Me hizo esa preciosa corona de hojas, rosas blancas de pitiminí y detalles calabaza como los zapatos que eran de Magrit Couture.

Por supuesto las fotos fueron de Alejandra Ortiz Fotografía«La elegí porque me encanta su gusto para elegir momentos y plasmar realidades. Me sentí súper cómoda con ellas y me encantó que nos acompañaran este día. Vinieron también a la pre boda por lo que gracias a ellas tenemos recuerdos del fin de semana completo», me cuenta Blanca.

Continuará…