Casilda se casa

Una boda en La Rioja

Ya lo dije y lo repito: no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita. Bueno, lo dijo Ikea en su anuncio y San Agustín antes, pero creo que va a ser mi nuevo lema. Abandono los largos pasillos con alfombra roja, los coches de caballos, las celebraciones mastodónticas y las comidas de cinco platos. Yo prefiero bodas en el campo, en la azotea del mercado de San Antón (una compañera de trabajo tuvo ahí una boda y me pareció lo más) o en el jardín de una casa. Cambio el DJ mediocre por una actuación en directo, una recena delicatessen por hamburguesas de McDonals (como hicieron Manu y Pati). Hoy estoy rebelada contra el artificio.

Los culpables han sido Mamen y Mario, una pareja que tiene una empresa textil llamada Martin Lion y que, por tanto, decidió celebrar su boda en El Molino de Solórzano, un antiguo molino del siglo XVIII reconvertido en un museo privado de patchwork en La Rioja.

Estuvo organizada porlos dueños de  Casa Josephine, un hotel exquisitamente decorado donde imparten talleres, venden antiguedades y además es estudio de decoración. Un lugar que recomiendo fervientemente que visiteis.

De la boda no puedo decir nada más que fue perfecta, pero las imágenes hablan por sí mismas.

LOS PREPARATIVOS

 

LA BODA

Mamen se casó con una falda de Magnolia Trendy, un jersey de Oysho, unas botas de Hoss Intropia y un collar verde de Matin Lion.

 

 

LA CELEBRACIÓN