Casilda se casa

La boda de Claudia y Luis en el Monasterio de Lupiana

Claudia y Luis se conocieron una noche en Madrid gracias a un amigo en común. Mientras tomaban un vino, surgió un plan improvisado para ir a un karaoke en Malasaña, al que Luis se unió más tarde. Desde ese primer encuentro, se volvieron inseparables.

“Siempre me habían enamorado los vestidos de T.ba, y cuando conocí a Sol en su atelier, supe que tenía que casarme con uno de sus diseños. Era exactamente como me imaginaba el día de mi boda: un vestido sofisticado y elegante, con un toque rústico que reflejaba a la perfección mi estilo.”

“Para la ceremonia llevé unos zapatos vintage de Christian Dior, y por la noche me cambié a unas alpargatas de la colección de Casilda se casa x Castañer.

“Llevé unos pendientes de Gold & Roses y una pulsera muy especial: la que mi abuelo le regaló a mi abuela el día de su pedida. Su valor sentimental era enorme, ya que mi abuela nos dejó tan solo dos semanas antes de la boda. También llevé el anillo que me regaló Luis de Grassy, la misma joyería en la que elegimos también nuestras alianzas.”

“Mi ramo fue un detalle muy especial. Mi madre, que se dedica a la decoración floral como hobby, colaboró con Floritísima, quienes se encargaron de hacer tanto mi ramo como los de nuestras amigas. Aunque perdimos el lazo que mi tía había bordado con motivos marinos y nuestras iniciales, mi hermano improvisó uno cosiendo unas conchas que recogí en la playa donde Luis me pidió matrimonio y la virgen de mi colegio, una tradición que comparto con mis amigas.”

“Luis llevó un chaqué de Bon Vivant, zapatos de Carmina y una corbata de Hermès.”

“Desde que conocí el Monasterio de Lupiana hace años, supe que quería casarme allí. En plena Alcarria transmite la sensación de estar en la Toscana italiana, es un sitio con un encanto especial.”

“Un día, paseando por el Rastro con Luis, escuchamos a Germán cantar y supimos que tenía que hacerlo en nuestra boda. Se lo propusimos y aceptó; fue una suerte poder contar con él. Más tarde, cantó un amigo nuestro, creando un momento muy divertido y único.”

“La decoración floral corrió a cargo de Los Rosales, mientras que gran parte de la decoración fue obra de mi hermana, Carla, con la ayuda de mi abuela, dos verdaderas artistas. Carla creó un cuadro para el puesto de gildas, pintó a mano Pai país y diseñó los dibujos de los meseros y las invitaciones. Los meseros tenían forma de coches clásicos, la pasión de Luis, y para la mesa principal usamos mi coche, conocido como “El Clásico”, que todos reconocieron a pesar de estar destrozado.”

“Mi abuela pintó el menú y unas vieiras que sirvieron como paneras y recuerdo para los invitados, un detalle que homenajeaba a Galicia, la tierra materna de mi familia y lugar donde Luis siempre ha veraneado.”

“Bailé con mi padre ‘Wake Me Up Before You Go-Go’, una canción que solía ponernos siempre en el coche cuando éramos pequeños. Fue un momento muy especial y divertido.”

“De las fotos se encargó el equipo de Dos más en la mesa. Alfredo y Bernardita trabajan de maravilla; nos sentimos comodísimos con ellos, son tan delicados y exquisitos. El vídeo lo hizo Render Emotion.”