Casilda se casa

La boda de Lourdes y Miguel en las Tenadas

«Miguel y yo nos conocimos en Gandía, donde los dos veraneamos desde pequeños. En marzo de 2020 nos encontramos en una discoteca de Madrid y una semana después nos confinaron. Desde ese día hasta hoy, superando todos los líos que nos ponía el camino: el confinamiento, el toque de queda, las restricciones por zonas y el cambio de vida de estudiar a trabajar. Nos hemos ido adaptando siempre para conseguir estar juntos hasta que en agosto de 2022 Miguel me pidió que nos casásemos en la playa en la que nos conocimos.».

El vestido lo hizo Alejandra Valero. «Todos los vestidos que me gustaban eran de ella, así que la decisión fue muy fácil. Captó desde un primer momento lo que quería. Alejandra me propuso la idea del chaleco y me encantó. Todas las telas eran muy especiales y el proceso fue facilísimo».

Me maquilló y peinó Rebeca Pulido. «Mi madre y ella se conocían desde hace tiempo y Rebeca sabía cómo era nuestro estilo. Nos maquilló a mi madre y a mí y, como somos 6 hermanas, vino con dos maquilladoras y peluqueras más que supieron sacar lo mejor de cada una».

Los zapatos eran unas sandalias de Jimmy Choo «Me las regalaron dos de mis testigos y estoy deseando volver a ponérmelos porque no podían ser más bonitos y cómodos».

Llevó joyas muy diferentes. «Los pendientes me los regaló la familia de Miguel, los hicimos juntos en el joyero de la familia. Son desmontables para poder usarlos en diferentes ocasiones. Llevaba dos anillos: el de mi pedida y uno de cuando mi madre era joven. Una pulsera que me regalaron mis amigos de la universidad y una diadema de Suma Cruz que elegí en cuanto la vi».

El ramo lo hizo Elena Suárez. «Era una ramo de nardos, los mismos que luego repartimos entre amigos y familia».

«Mis hermanas y mi madre iban espectaculares, y cuidamos mucho que cada una fuese de su propio estilo».  La madre de la novia, Teresa, llevaba un vestido de Teresa Helbig.

«Mi hermana Blanca llevaba un vestido de Isabel Marant, y Teresa uno de Ulla Johnson».

«Cecilia llevaba un vestido de The Vampire’s Wife y Isabel uno de Ulla Jonhson al que le añadió una camiseta de tul de Cortana».

«Julia, la más pequeña fue quien nos llevó las arras. Llevaba un vestido color crema con chaleco y una levita, todo de Tba». Elena Suárez le preparó una corona de laureles.

Miguel llevaba chaqué de Jajoan, zapatos de Crockett & Jones, el reloj de IWC que le regalaron mis padres el día de la pedida, corbata de Jajoan y unos gemelos que le regalaron cuando nació.

La papelería fue todo obra de su prima Andrea, que es el alma de Amae Paper Studio. «Con ella diseñamos un formato nuevo de invitación que quedó muy especial, en tonos verdes y muy nuestro estilo. La papelería del día de boda mantuvo el formato de las invitaciones, con las mismas flores en el seating plan y los meseros».

Se casaron en la Basílica de San Miguel a las 12 de la mañana. «Nos gustó mucho su salida, en el corazón del Madrid antiguo».

Lo celebraron en la finca Las Tenadas.

La decoración y las flores fueron de Elena Suárez, igual que el ramo. «Quedó toda la finca espectacular, en tonos otoñales y muy acorde al estilo de la boda».

Contaron con el catering de La Blonda. «Elegimos la crema de nécoras, lomo de venado y, por supuesto, su tarta árabe que creo que todo el que todavía podía seguir comiendo repitió».

«Los vestidos de las niñas los hizo mi madre. El patronaje, las telas y el estilo quedaron fenomenal. Los niños eran más pequeños e iban a conjunto con ellas».

«Para la música contactamos con Dándote Ritmo y fue una pasada, tanto que todas mis amigas que se casan este año les han contratado».

Para la fotografía de la boda contaron con días de vino y rosas. «Las fotos quedaron espectaculares, supieron captar todos los momentos importantes. Aída es un encanto y una profesional en su trabajo».