La boda de Carlota y Borja en Rascafría
Después de doce años de novios, Carlota y Borja, se casaron el pasado mes de julio en Rascafría. «Hemos vivido de todo: noviazgo adolescente, etapa universitaria, más tarde él se fue a trabajar a Reino Unido y algunos fines de semana quedábamos en diferentes sitios de Europa», recuerda la novia. Tenían claro que fuese cuando fuese, se casarían en el Monasterio de Nuestra Señora del Paular y lo celebrarían en la Finca El Robledo. «Vamos muchos fines de semana allí y mis tíos llevan un tiempo preparando el sitio para eventos», cuenta Carlota.
Para el maquillaje, Carlota contó con María Gorgojo de Bobbi Brown y con María Serrano para el pelo. «Me había comprado un tocado antiguo en una feria del Almoneda de cristales antiguos que justo se rompió antes de ponérmelo el día de la boda». En el último momento, cogieron uno de los trozos que había quedado lo colocaron cubriendo la raya del pelo (como se ve en esta foto).
«Mis amigas del colegio tenemos la tradición de regalarnos por la boda los pendientes». En el segundo agujero llevé un arito de brillantes de Suarez, regalo de su padrino el día de la pedida.
Carlota también llevaba el anillo de pedida que le regaló la familia de Borja.
El vestido de novia era un diseño de Laura Ponte, «siempre me ha gustado, sobre todo cuando utiliza antigüedades en sus diseños». Carlota fue a verla y se quedó impresionada con la cantidad de retales antiguos que tiene (muchos de ellos los compra en el Mercado de las Pulgas de París). La hermana de Carlota vivía en la capital francesa y fueron un fin de semana. «Después de muchas horas de dar vueltas y en una tienda con millones de retales, la dueña me sacó una bolsa de plástico con un vestido antiguo delicadísimo que recordaba a los años 20«.
La pieza era tan delicada que tuvieron que reforzarla porque pesaba mucho teniendo cuidado para mantener toda la perdería y que Carlota estuviese cómoda.
Antes de comprarlo, la novia quería que Laura le dijera si se podía hacer algo con el vestido. «Ya estábamos confinados y me lo tuvieron que enviar por correo». Ha sido un trabajo de casi dos años y muchas muchas visitas al taller de Laura para conseguir este resultado tan espectacular.
Borja, el novio, llevaba un chaqué de Old Jeffrey, el reloj que le reglaron en la pedida y unos gemelos que le prestó el padre de Carlota.
El ramo de flores lo hizo Balbina Brunia que se encargó de toda la decoración floral de la boda.
Borja es un apasionado del tenis y, a la salida, todos sus testigos les hicieron pasillo con raquetas antiguas. «Resulta que fue idea de mi madre que encargó a una de mis mejores amigas y a la madre de Borja que compraran raquetas antiguas por internet y mercadillos».
Después de la ceremonia, lo celebraron en la Finca El Robledo Rascafría, «tiene esa parte sentimental para nosotros por haber pasado muchos buenos momentos allí».
Entraron al coctel con un tractor llevado por el tío de Carlota. «Elegimos hacer el coctel en la parte del jardín y la cena en la plaza de toros».
Toda la familia se encargó de la decoración contactando con diferentes proveedores: la iluminación se la encargaron a Neoluz; las flores eran de Balbina Brunia; todo el menaje era de Options y los meseros los hizo GPMA Studio un amigo de Borja con jugadores y torneos de tenis. El catering lo sirvió Le Chef.
Como la cena era en la plaza de toros, entraron con clarines y timbales, después sonó la canción de Torero de Chayane.
La discoteca fue en el picadero de caballos donde montaron un cielo de luces y un chill out con plantas muy agradable.
Carlota y Borja bailaron Beautiful that way de Noa y luego tocó Jaime Terrón de La Repera.
Terminaron con el Dj Javier Vilariño.
Todas las fotos son de Pelillos de Ratón, «Lucía fue un encanto con nosotros en todo momento y nos lo hizo todo súper fácil». El vídeo es de Ocho/Venticuatro.