La boda de Valvanera y Darío en Níjar
Valvanera y Darío se conocieron hace seis años en Pachá, «hablamos y bailamos, pero nos despedimos y no volvimos a saber nada más el uno del otro». Hasta una semanas después, se volvieron a encontrar en otra discoteca, que intercambiaron sus números de teléfono «y no hemos dejado de hablar ni un solo día hasta hoy», me cuenta la novia.
En un principio, la boda iba a ser el 4 de julio en Madrid y en pleno confinamiento decidieron posponerla. Finalmente, se casaron en octubre, aunque no pudieron hacerlo en Madrid ya que todas las iglesias y fincas estaban ocupadas. «Se nos ocurrió casarnos en Almería, en Cabo de Gata, un lugar muy importante para nosotros porque fue nuestro primer viaje juntos y donde Darío me pidió que me casara con él», recuerda Valvanera.
Paz de Oui Novias fue desde Granada para peinar y maquillar a la novia y a su madre. Valvanera llevaba una bata de Balakata.
El vestido de novia era un diseño de Laura Ponte a la que Valvanera fue a ver hace un año sin tener claro lo que quería «aunque sí sabía lo que no quería y supe que me lo haría con ella desde el primer día». Los meses de confinamiento también marcaron el resultado final del vestido ya que desde febrero hasta junio la novia no pudo visitar el taller. El vestido estaba formado por una pieza con hombro asimétrico y una especie de camisa con mangas diferentes que hacían también función de cola.
Como joyas, la novia llevó el anillo con el que Darío le pidió matrimonio y unos pendientes que fueron el regalo de pedida; todo era estilo Art Déco de Pilar de la Vega Joyas.
«Me encantan los tacones, pero aguanto muy poco con ellos. Cuando vi las sandalias de rafia de Castañer, fue amor a primera vista», asegura Valvanera.
El ramo lo hizo Jose de Gracia y la Penca, una floristería de Almería. Valvanera quería algo silvestre y característico de la zona, en tonos mostaza y anaranjados. Las amigas de la novia le regalaron una medalla de la Virgen del Pilar como guiño su colegio.
Darío llevó chaqué y camisa de Bon Vivant; corbata de Hermès; gemelos, tirantes y pañuelo de seda de Kermos; Rolex Date acero Vintage de Pilar de la Vega Joyas; y zapatos de Bally.
Además, tanto él como todos los invitados se colocaron un detalle en la solapa de la levita, fabricado en Cuini (empresa textil de la familia del novio).
La ceremonia religiosa fue en la Iglesia de Santa María de la Anunciación en Níjar que, «la primera vez que entramos nos cautivó y Jose, el párroco, es encantador y nos ha ayudado mucho estos meses. Sin él no hubiera sido posible», asegura la novia.
Los dos hermanos del novio no podían asistir porque viven fuera de España así que colocaron en la iglesia un portátil para que siguieran la ceremonia a través de una videollamada.
«Nos hacía muchísima gracia ir de la iglesia a la finca en un Mehari naranja que habíamos visto en San José, un pueblo costero cercano a la finca. De hecho, fuimos detrás del señor que conducía el coche para pedirle, muertos de vergüenza, si nos podía hacer el favor de dejárnoslo el día de la boda. Antonio, el dueño, súper amable aceptó la petición», recuerda Valvanera.
La celebración posterior tuvo lugar en la Finca Maltés del Fraile, en pleno Cabo de Gata, entre montañas y rodeada de vegetación. «Un oásis en medio del desierto donde pudimos pasar un fin de semana increíble».
La decoración fue obra de Gracia y la Penca buscando algo que no rompiera con el estilo de la finca ni del entorno.
Darío, el novio, es hermano de Patricia, esta novia con vestido de flores cuya boda publiqué hace unos meses.
El catering lo sirvió Aniceto Eventos y la papelería la diseñó la novia inspirándose en el paisaje del Cabo de Gata.
«Después de la comida me quité la parte superior, me solté el pelo y me puse un collar de Johan para darle un toque más “cañero”», cuenta la novia.
Para la música contaron con Hey Mickey!.
Debido a las restricciones por el Covid, se les ocurrió organizar una tómbola para cambiar el momento discoteca. Cada invitado tenía un número y después del baile de los novios hicieron el sorteo.
Todas las fotos son de Dos Más en la Mesa que fueron desde Madrid. «Nos hicieron un reportaje impresionante, siempre cuidando todos los detalles y sacando lo mejor de nosotros. No podríamos haber elegido mejor», asegura la novia. Y el vídeo de TicTacMotions.
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