La boda de Beatriz y Juanjo en Altafulla (Tarragona) I
Beatriz y Juanjo son de Madrid, se conocen desde los 18 años y viven en África desde hace cuatro. Él trabaja como trader de café y ella en asistencia humanitaria y desarrollo. Se casaron en Tarragona el pasado mes de junio en una ceremonia muy especial que me encanta poder publicar.
Bea se preparó junto a su familia y parte de la familia del novio. «Nos maquilló y peinó Estrella Elorduy, con ayuda de su equipo. ¡Fue maravillosa!»
El anillo de pedida que le regaló Juanjo, una joya heredada de su abuela, es muy especial porque se desarma y se convierte en pendientes que Bea llevó como joyas el día de la boda. Las alianzas eran de CO YN, firma de Ynés Suelves, junto con su socia Constanza Balmaseda. Ynés se encargó del diseño del vestido de novia de Beatriz.
Bea llevó unos zapatos de Christian Louboutin. «Fue de los primeros que me probé y me enamoré desde el principio», cuenta la novia.
Sin duda, lo más especial de esta novia es su vestido, diseñado por Ynés Suelves, hermana del novio, que describe el proceso de creación como «una eterna conversación entre mi madre, Bea y yo». Todo empieza por intentar entender lo que quería la novia con la premisa de «todo es posible».
«Lanzábamos todas las ideas por muy locas que fueran. Lo primero fue encontrar la forma; segundo, encontrar la manera de conseguir una sensación de ligereza sin tener que renunciar al volumen y, luego, encontrar el tejido perfecto en el que materializar el vestido», recuerda la diseñadora.
El vestido esta influenciado por Altafulla (Tarragona), el lugar donde se casaron, inspirado en la silueta de la mujer y la evolución de la moda en la época de corsés. «También queríamos desobedecer las normas y ser un poco rebeldes en cuanto a todas las reglas establecidas. Como mi madre, la madrina, que llevó un traje inspirado en el esmoquin masculino, de negro y con peineta, ¡un escándalo!», cuenta Ynes, la diseñadora.
La madre de Bea, la novia, llevaba un vestido de Etro.
Pero este sueño no queda solo ahí porque cada vestido de cada mujer de la familia está diseñado «creando una pequeña colección, donde todos los trajes comparten una misma historia», cuenta Inés Suelves. Por ejemplo, el velo bordado a mano, dibujado y diseñado por María Osorio (@labeltraneja), está inspirado en la vida de los novios: un mundo de selva, animales mágicos estrellas y planetas. «Ese dibujo es el mismo que pintó mi madre a mano sobre una seda para hacer el traje de mi hermana Lucía».
Otro nexo entre los vestidos, son los corsés que también están reflejados en el esmoquin de la madrina; en el vestido de Lucía, estilo años 50; y el de la diseñadora, del siglo XV.
Beatriz tenía claro que quería un ramo colorido que contrastara con el vestido y los helechos XXL del altar y se encargaron de ello en Flowers by Bornay.
Las fotos son de Pablo Gómez-Ogando y Martina Matencio. Y el vídeo de Taller Combinado.
Sigue leyendo aquí.