Casilda se casa

La boda de Carmen y Álvaro en Osuna (Sevilla)

«Álvaro y mi hermano eran amigos desde hace muchos años, yo sabía quién era pero apenas habíamos coincidido», comienza a recordar la novia. «Una noche en Sevilla, salí con mi hermano y sus amigos y nos lo encontramos. Me reí mucho con él y pensé ¡qué tío más simpático y más bailongo! Esa noche me pidió mi número de teléfono y no dejó de escribirme. Al principio yo no puse mucho interés, pensaba que era muy divertido pero que no teníamos nada que ver. Fue mi hermano quien insistió para que quedase con él, y después de un tiempo accedí, salimos a cenar y ¡mira donde estamos ahora!». Se casaron en Osuna el pasado 29 de Septiembre.

«En cuanto al vestido de novia, tenía la idea de llevar algo elegante. Siempre me ha gustado mucho el estilo años 20 y quería algo con lo que me siguiese viendo bien con el paso del tiempo. Al principio nada me convencía del todo, no quería ir muy vintage. Después de darle algunas vueltas, fui a ver a Antonio García. Captó mi idea a la primera y el estilo de cuello a la caja que ellos trabajan mucho me encajó perfecto. Tiene un dominio brutal de las proporciones y una costura impecable».

«Me maquilló y peinó Amparo Sánchez, de X Artist Management. Me conoce muy bien, me hizo un moño de bailarina, porque así suelo ir a diario y no quería arriesgar en un día tan importante. La diadema de diamantes y zafiros era de mi madre». Mientras se arreglaba llevó una bata de Balakata. 

De joyas llevé mi anillo de pedida, de la joyería de una amiga nuestra, Jocafra.

Las sandalias Tribute de YSL fueron el regalo de mis amigas. Me encantan porque son un fondo de armario.

Llevó también unos pendientes de platino y diamantes antiguos.

«Llevé un ramo sencillo de rosas blancas, que copié de una foto de boda que llevo viendo años en casa».

Álvaro llevaba chaqué de Camisería Sobrino, corbata de Scalpers y su reloj de pedida, modelo Day-date azul de Rolex, que no paró de mirar dentro de la iglesia porque estuvo esperando a la novia ¡cuarenta minutos! «Recuerdo su cara cuando llegamos al altar, yo estaba nerviosa y él me recibió con un sonrisón y me dio un abrazo. Tengo el mejor marido del mundo», se emociona Carmen.

«Al principio sólo tenía claro una cosa: quería casarme en la Colegiata de Osuna, allí está el Cristo de la Misericordia, en una capillita al lado del altar. Mi familia llevamos toda la vida saliendo de nazareno el Miércoles Santo y me hacía muchísima ilusión casarnos allí».

La ceremonia la presidió el Obispo de Jerez, Pepe Mazuelos. Es primo del padre de la novia y está muy unido a la familia. «Recuerdo cuando fuimos a verle en verano, nos ayudó a preparar las lecturas, que sacamos de la carta “Amoris Laetitia” y que daban mensaje de lo que es el amor. Hizo una homilía muy emotiva, habló con un cariño que no se me olvidará nunca e hizo reír un par de veces a mi padre, que sé que estaba muy emocionado», recuerda la novia. El coro fue la Escolanía de los Palacios, de voces blancas, que resultan muy emocionantes.

La celebración fue en el Castillo de la Monclova y el catering lo sirvió Campuzano.

«Queríamos una decoración sencilla que fuese acorde con el sitio y confiamos en Marta Talegón, de Apunto, que llenó las mesas con helechos, hojas de palmera y verdes. La papelería se la encargamos a Teresa Quero. Las mesas tenían nombres de toreros del siglo XIX y Álvaro eligió para la presidencial Manolete, que era íntimo amigo de su abuelo».

Abrieron el baile con Can´t take my eyes of you de Frankie Valli, la novia con su padre baile. «Soy su única hija y estaba muy emocionado, fue un momento muy especial».

En cuanto a la música, en el aperitivo animaron el grupo Lady & The Cats, con versiones de swing rock, chanson francesa, manouche…con una estética vintage muy cuidada que hicieron bailar a todos.

En las copas pincharon Xite & Co que montaron un fiestón.

Las fotos son de Mónica Ortega y el Vídeo de Hartemudo.