La boda de Flor y Diego se celebró en una capilla en un pueblo de Ávila. «Es una iglesia que no suele usarse y está bastante deteriorada. Yo me emocioné al verla tal y como la dejó Inés Urquijo: llena de velas flores silvestres y arbustos, nada recargada, con un efecto desordenado», explica la novia. Tengo que reconocer que a mí también me ha emocionado la belleza que consigue crear siempre esta florista madrileña.
La celebración fue en una casa particular. El catering de Isabel Maestre destacó por la mesa de postres. De la iluminación se encargó Farfala.
La inspiración para la decoración de las mesas fue un huerto. Inés Urquijo preparó las típicas estructuras con cañas de bambú, flores de huerto y velas.
De la música se encargó Javier Vilariño (661 025 758), bailaron el vals de la película El Padrino.
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