Elle Fanning quiere ser la novia

Hace unos días estuve en el Festival de Cannes invitada por Nespresso. Me alojé en el Hotel Majestic, comí en el Plage Nespresso, tuve un peluquero y maquillador que me adecentaron, paseé por la alfombra roja Le Palais des Festivals como pollo sin cabeza y tuve la suerte de asistir a la cena inaugural del festival en Martínez sentada en una mesa muy cercana a Elle Fanning, Susan Sarandon y Julianne Moore. Fue como ‘Princesa por sorpresa’ pero en actriz. Una experiencia que nunca olvidaré y que dudo que pueda volver a tener la suerte de repetir.

Volví absolutamente fascinada con Elle Fanning porque en persona es mucho más alta de lo que parece, mucho más pálida y mucho más marciana. Brilla. No es como las demás. Llevaba tiempo alerta a sus looks de inspiración nupcial con ese look aniñado que tan bien encaja, pero después las fotos que se publicaron la semana pasada con este vestido de Alexander McQueen, la trenza y el lacito rosa ya no tiene escapatoria para un post. Es carne de «xxx quiere ser la novia», como ya lo fueron Kirsten Dunst o Leandra Medine. Es mi icono nupcial del año y ojalá os inspire tanto como a mí.

Me encanta su historia de amor Rodarte, que haga ballet y que adore las plumas, los colores pastel y los lazos en la cabeza. Me encanta que se atreve con todos: Valentino, Karl Lagerfeld o Prada. Que aparezca en la campaña de Miu miu y sea la niña mimada de Sofia Coppola. Resulta fascinante que una adolescente tenga un gusto tan exquisito, coherente y personal a la hora de escoger los outfits que lucirá sobre la alfombra roja y que todo gire en torno al blanco.